
LA HABANA, Cuba. – Las autoridades de La Habana aplicaron más de 700 multas en una jornada como parte de la lucha contra la propagación de la COVID-19, enfermedad que tiene a la capital como epicentro nacional.
Según el diario oficial Tribuna de La Habana, la cifra data de una fecha reciente, posterior al establecimiento de las nuevas medidas higiénico-sanitarias dictadas por la dirección de Salud de la provincia para enfrentar el nuevo coronavirus.
El motivo principal de las sanciones contra los ciudadanos en esta nueva etapa han sido el uso incorrecto de nasobuco y el no guardar distanciamiento en las colas.
La información añade que la mayoría de las multas fueron impuestas en virtud del Decreto 31, “que establece las contravenciones contra las personas que violan las medidas higiénico-sanitarias”.
De acuerdo con Tribuna de La Habana, la normativa se aplica en sustitución del Decreto 14, que funcionó durante la primera etapa de la pandemia en la capital.
Orestes Rodríguez, coordinador de Fiscalización y Control en la provincia, señaló que, del total de multas señaladas, alrededor de 200 se debieron a aglomeraciones de personas en distintas redes de tiendas.
“Las colas son imposibles de evitar por la situación actual y las necesidades que tenemos, lo que sí es posible evitar es que las personas estén aglomeradas, una encima de la otra”, dijo el funcionario.
De igual forma, se impusieron 222 multas por actividad comercial y de servicios asociadas a la alteración de los precios, de ellas, 76 multas por la suma de 8 000 pesos. También se retiraron 11 licencias.
Llanes indicó a los diferentes cuerpos impositores de la ciudad que existen “acciones que se pueden hacer y no se están haciendo” contra las ilegalidades en la actividad comercial y las normas establecidas en cuanto a las medidas higiénico-sanitarias.
En las últimas semanas, la multas contra trabajadores del sector privado también se han disparado. Tribuna de La Habana señala que “los principales violadores son los cuentapropistas, quienes continúan alterando los precios topados” para algunos productos.
La situación ha generado temor entre los vendedores, que optan por esconder sus productos de mayor valor.
“Mantengo la mercancía como la malanga escondida y la vendo al que yo quiera. Al que le vea cara de chivatón le digo que no tengo. Los precios en la tablilla son los establecidos, pero a la hora de vender le tengo que decir al comprador el precio real”, comentó a CubaNet bajo condición de anonimato un vendedor de un puesto de productos agropecuarios.
Tribuna de La Habana reseña que también se han aplicado multas en el sector estatal. En ese sentido, Orestes Llanes reveló al medio oficialista que se han detectado violaciones en el peso del pan.
“Panes que debían pesar 80 gramos, en realidad pesaban 32-40 gramos, quiere decir que de un pan hacían dos”, precisó el directivo. En esos casos, además de la multa, la medida incluye la separación definitiva del sector a los administradores que permitan esas violaciones.
“El pan nuestro de cada día es sagrado y eso hay que respetarlo. Tiene que incrementarse la calidad del pan y respetarse el peso del producto”, culminó el funcionario.
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