SANTIAGO DE CUBA.- En Cuba es habitual que tanto los mercados estatales como la red de farmacias comercien artículos vencidos o próximos a vencer, sin siquiera una advertencia para los consumidores. Tanto es así que en marzo pasado la corporación estatal CIMEX admitió que se vendían productos caducados a la población debido a la “crisis que atraviesa el país”. En su página de Facebook, la entidad aseguró que estos productos eran “verificados” y puestos a la venta nuevamente en lugar de destruirlos, “aunque sí disminuyen su valor de venta para determinadas unidades”.
No obstante, para algunos residentes en Santiago de Cuba esta realidad es indignante, “pues no solo están jugando con la salud de las personas, sino también con sus bolsillos”. Mirtha Morales, del reparto Sueño, por ejemplo, el pasado 22 de septiembre compró varios sobres de café molido de la marca Cubita, en MLC, que se habían vencido cinco días antes. Según contó a nuestra redacción, a ella le pareció extraño que estuviesen a menor precio, pero “qué se iba a imaginar que la rebaja era porque estaban vencidos”.

“La realidad es que olvidé revisar la fecha. Ni siquiera me pasó por la cabeza. Solo vi la posibilidad de hacerme de unos cuantos, porque llevaba varios días sin tomar café, y ese es el único vicio que tengo. Cuando me percaté ya me había tomado dos paquetes y aunque no me hizo nada, la verdad es que lo sentí bastante desabrido”, confesó Mirtha, de 56 años.

Esta versión del Cubita tiene 115 g y cuesta inicialmente 1.82 USD, que equivalen a 364 pesos, si se convierte en base a la actual tasa de cambio informal actualizado en 200 pesos. Tras la cercanía de la fecha de caducidad, fue rebajado a 0.55 USD, que son 110. De esta misma marca hay un sobre de 1000 gramos, con un precio de 15.05 USD, o 3 010, que también estaba próximo a vencerse, y en este caso no hubo descuento; de acuerdo con otra fuente contactada por CubaNet.
Asimismo, el café Gourmet de 250 g, vendido a 2.77 USD, casi 560 pesos, estaba hasta los últimos días del mes en el estante, sin descuento, aun cuando ya estaba por expirar. Al parecer, la administración de la tienda no hace control de los artículos o, lo más probable, no están autorizados a retirar los que vencieron, sobre todo, luego de las declaraciones del CIMEX.

Si bien es cierto que este producto tan demandado por la población cubana no conlleva a problemas de salud después de vencidos, varios estudios demuestran que, pasada la fecha de expiración, puede verse afectados sus propiedades, sabor y consistencia. Por ende, cualquier negocio serio no apostaría por esa afirmación.
“Independientemente de si hace daño o no, es una tremenda falta de respeto venderles productos vencidos a las personas. Mucho menos en dólares, porque ya por el simple hecho de vender en una moneda que no cobramos, y a esos precios, es un descaro mayúsculo”, expresó indignado el hombre, que no reveló su identidad.
Por otra parte, en la Farmacología, la incertidumbre de si un medicamento es o no perjudicial después de la fecha de vencimiento inclina a los clientes a no aceptarlo, pues existe la posibilidad de poner en peligro la vida de las personas.

Alfredo Gámez, del reparto Portuondo, el pasado 18 de septiembre se hizo de 30 tabletas de Dipirona, a 12 pesos, sin percatarse de que estaban próximas a vencer. Para su desdicha, cuando fue a devolverlas la farmacéutica le explicó que “todas las que habían llegado esa semana expiraban en septiembre”. En esta ocasión, tampoco hubo rebaja.
“Los cubanos compramos medicinas para guardar, porque luego se pasan meses sin llegar. Eso era lo que quería, guardar las pastillas por si las necesitaba mas adelante. Más con esto del Dengue. Ahora tendré que regalarlas, porque a mi sí me da miedo tomar medicamentos vencidos”, lamentó el señor, de 67 años.

La Dipirona o Metamizol es un analgésico y antipirético prohibido en más de 20 países, incluido Estados Unidos, porque está asociado a múltiples enfermedades como la hepatitis, la alveolitis, la neumonitis, y la agranulocitosis, sin embargo, es el único que circula desde hace meses en la red de farmacias del país. Es por ello que resulta vital que este fármaco sea suministrado a la población en óptimas condiciones, a fin de mitigar sus efectos adversos.
“Esto es una irresponsabilidad grandísima. ¿A quién se debe acusar en caso de que ese medicamento vencido cause alguna reacción en las personas?”, se cuestionó otro de los compradores.
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