ESTADOS UNIDOS.- Los habitantes de Santiago de Cuba, la ciudad más sismológica de Cuba, han vuelto a los parques y campos abiertos, sin edificaciones a sus alrededores, tras el terremoto de 7.7 en la escala de Richter que tuvo lugar en la tarde de ayer entre Jamaica y la Isla, y por las réplicas que le sucedieron.
Muchas han sido las reacciones en redes sociales que demuestran perceptibilidad en toda Cuba, pero los santiagueros no esconden su asombro, tras la magnitud del sismo de este martes.
¡Solavaya!, ¡Dios Mío!, ¡Ten misericordia, Señor!, son algunos de los ruegos de súplica que se pudieron escuchar en Santiago de Cuba, según cuentan sus moradores.
Claribel Rodríguez, residente de la localidad de Venceremos, a las afueras del casco histórico de la ciudad, dijo a CubaNet que aún se mantiene bajo medicación porque la presión arterial se le subió demasiado tras sentir el movimiento telúrico.
“Le tengo miedo a los temblores, cada vez que pasa, sea en el día o en la madrugada, lo siento y salgo corriendo como loca de la casa. Este me cogió en el baño, solo me dio tiempo para envolverme en la toalla y salir corriendo para el patio”, cuenta.
Dice que preparó una rústica casa de campaña en el patio, con algunas provisiones, y ahí pasó la noche junto a su nieta de 5 años. “Allí bajo un nylon y con algunas colchonetas en la tierra pasamos la noche mi nieta y yo, porque mi hija y mi esposo quisieron dormir dentro de la casa, ¡yo no quise, porque cada vez que pasaba una réplica la sentía!”, exclamó la señora.
Norma Santiesteban, una anciana que vive en la propia barriada, cuenta que ha vivido sismos fuertes, “pero este le sacó el susto al cualquiera”.
“Solamente grité, ¡Dios mío protégenos!, y me tiré de la cama rápido y salí para la calle. Luego a mi casa comenzaron a llegar vecinos y mis hijas, que venían a ver como estaba”, aunque refiere tener miedo a réplicas mayores, o que pase lo mismo de hace algunos años. “En enero, hace tres o cuatro años, se pasó varios días temblando, y dormíamos en la calle o en las puertas de las casas, Dios quiera y no sea igual”, ruega la octogenaria.
Aunque el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) ha reportado que este terremoto no dejó daños humanos ni materiales en Santiago de Cuba, cabe destacar que su primer reporte fue de 6.9 en la escala de Richter, de lo cual se hicieron eco los medios oficialistas locales.
Bladimir Moreno Toirán, presidente del consejo científico del CENAIS, dijo al medio oficialista Granma que los temblores fueron perceptibles en todo el país debido a su magnitud. Siendo este terremoto el más fuerte registrado de forma instrumental en la historia del servicio sismológico cubano.
“Donde más se sintió fue al sur de oriente, pero hay reportes de perceptibilidad en toda Cuba y, como se comenta, en La Habana, sobre todo en edificios altos, por su magnitud y la lejanía, ya que las ondas de baja frecuencia son las que viajan a más distancias, y precisamente las que más se hacen sentir en los niveles tres y cuatro de las edificaciones altas”, detalló Moreno Toirán.
El especialista enfatizó que hay que estar alerta, porque a raíz de este terremoto se han registrado réplicas que, según él, continuarán por algunos meses, con menor magnitud y sin peligro para el país. “El servicio sismológico seguirá monitoreando la situación, pues tan fuerte terremoto puede activar nuevas zonas muy cercanas a Cuba, como las pegadas a la costa en la parte suroriental”, acotó.
Santiago de Cuba cuenta en su historial con los terremotos más fuertes acaecidos en la Isla.
El 20 de agosto de 1852 aconteció uno de 7.3 en la escala de Richter y 9.0 de intensidad, y testimonios de la época dan evidencia del derribo de más de mil viviendas, y afectaciones en iglesias e inmuebles coloniales. También hubo deslizamientos de grandes piedras en la Sierra Maestra, la aparición de largas y anchas grietas en la tierra y se sintió desde Baracoa hasta Camagüey.
Sobresale también el ocurrido en la madrugada del 3 de febrero de 1932 de 6.75 de magnitud, provocando 14 muertos y 300 heridos, y causó daño en más del 80 por ciento de edificaciones de la ciudad.
Santiago de Cuba es la ciudad de mayor peligro sísmico en la Isla, con la cercanía al sistema de fallas Bartlett-Caimán, que limita las fronteras de las placas tectónicas de norte América y la del Caribe.
Aunque los santiagueros no borran de sus mentes los amargos días de enero de 2016, donde varios días estuvieron durmiendo en parques y plazas por temor a un terremoto de mayor magnitud, tras 38 sismos perceptibles, muchos han decido volver a dormir a la intemperie, por temor a que las réplicas sean más seguidas.
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