LA HABANA, Cuba, 19 de abril de 2013, Michel Iroy Rodríguez/ 173.203.82.38.- Rostros por el Cambio, un nuevo proyecto llevado a cabo por José Alberto Álvarez Bravo, en menos de dos meses ha logrado reunir más de 460 rostros de opositores, activistas de derechos humanos, periodistas y bibliotecarios independientes, blogueros y otros miembros de la sociedad civil.
Son videos de cinco segundos y fotos que se presentan en grupos de seis personas por plantilla, junto con sus datos personales y el modo de localizarlos. Los nombres se encuentran en orden alfabético, sin jerarquías y sin mencionar su pertenencia a organizaciones.
Además, existe una película nombrada La escena del cambio, donde se facilita a las personas expresar sus criterios en cortos de 10 a 15 segundos sobre el tema del cambio en Cuba.
Su propósito es mostrar al mundo que la sociedad civil en Cuba no es una abstracción, sino que tiene rostros y voces, una identidad. Expresa además la osadía de no mantenerse en el anonimato de personas que no ocultan su objeción de conciencia al régimen castrista.
José Alberto Álvarez Bravo refiere que su objetivo principal es facilitar la intercomunicación dentro de la sociedad civil, con el exilio y con cualquier persona que dentro o fuera de Cuba se interese por la disidencia interna.
Rostros por el Cambio se puede encontrar en YouTube y en los canales personales de José Alberto Álvarez Bravo.
Explica el activista:
“Este es un lugar donde el cubano puede demandar y abogar por un cambio en el sistema, no reformas, sino un cambio total de gobierno, sin cambios cosméticos. Exigimos un estado de derecho, moderno y funcional en el país, para ponerle fin a este sistema arbitrario, injusto e inconsulto, que lleva más de cinco décadas sin el consentimiento expreso de cada uno de los cubanos”.
Explica también que este trabajo funge como un referendo revocatorio, reuniendo las voluntades de todos los cubanos que quieran dar a conocer al mundo y al régimen que el pueblo cubano necesita un cambio.
“Este proyecto es lo mismo que el Proyecto Varela, con la diferencia de que el último convoca las voluntades de miles de cubanos para expresarle a la Asamblea Nacional del Poder Popular nuestra voluntad de un plebiscito, donde se manifieste la voluntad del pueblo de continuar o cambiar el sistema socialista, mientras que en este no se le pide permiso al gobierno ni a la Asamblea Nacional del Poder Popular, sino que si acaso se le entregaría los resultados finales”, explica Álvarez Bravo.
Frente al Proyecto Varela, las autoridades exigieron la autentificación de todas las firmas ante notario, lo cual se convirtió en una barrera intransitable y fue un golpe de muerte para el Proyecto, luego de que el gobierno modificó la constitución con una enmienda que declaró el carácter irreversible del socialismo en Cuba”.
Todos el que quiera presentar sus opiniones o exponer su rostro y datos personales, puede presentarse en la vivienda de Lilia Castañeda Hernández, en calle J número 104, primer piso, apartamento 10, entre Calzada y Nueve, El Vedado.