ARTEMISA, Cuba, 2 de agosto (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) – Las piezas de metal y hormigón de varios refugios -que el régimen obligó a edificar en la década de los años 80 en caso de una agresión estadounidense- han sido sustraídas por particulares en el municipio Mariel, provincia Artemisa, para utilizarlas como materiales de construcción.
Los elementos prefabricados de hormigón de 2.50 metros de ancho por 3 metros de largo, que recubren los túneles, se venden a 200 pesos cada uno y son los de mayor demanda, sobre todo para construir cisternas.
En uno de los refugios se detectó recientemente que faltaban 20 de esas piezas y los túneles de los que fueron sustraídas amenazan con derrumbarse. Hace unos tres años un hombre falleció mientras desmontaba algunas piezas de concreto en un refugio de la zona.
Aunque existen brigadas de trabajadores dedicadas a limpiar y mantener esos recintos, muchos de ellos permanecen llenos de desechos, aguas estancadas y vectores de todo tipo.
Muchos se quejan de que las autoridades dedicaron enormes recursos materiales y humanos para construir inútiles refugios, en lugar de aliviar el grave problema de la vivienda que sufren millones de cubanos. La opinión generalizada es que fue un desacierto más del régimen pues “aquí la guerra va a ser entre la gente por comida”, según expresó Rafael Sotomayor, un vecino de Cabañas.