MIAMI, Estados Unidos.- Los diplomáticos de EEUU en Cuba afectados por misteriosos ataques que hasta el momento han reportado 24 víctimas, “parecen haber sufrido lesiones en amplias redes cerebrales”, según confirma un artículo publicado este jueves por la Revista de la Asociación Médica de Estados Unidos (JAMA por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el esperado informe, escrito por especialistas de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania, no revela la causa definitiva de los síntomas que reportaron los funcionarios.
La publicación contiene la descripción más detallada que se tiene de las lesiones hasta la fecha. Los diplomáticos reportaron, entre otros síntomas, dolores de cabeza, mareos y trastornos de la audición, la visión, el sueño y el estado de ánimo, entre finales de 2016 y agosto de 2017.
Los especialistas examinaron a 21 de los 24 afectados, dividido en 11 mujeres y 10 hombres, con una edad promedio de 43 años.
Tres meses después de la exposición al ataque, los individuos presentaban aún trastornos cognitivos (81%), del equilibrio (71%), visuales (86 %), auditivos (68 %), de sueño (86%); así como dolores de cabeza (76%).
Se hallaron anomalías cognitivas en un 76% de los casos, del equilibrio en un 81% y oculomotrices en un 71%, mientras que tres casos (14%) presentan una pérdida de audición de moderada a severa.
La persistente alteración del sueño y dolores de cabeza requirieron que 15 y 12 personas respectivamente fueran tratadas con fármacos.
“En 18 de las 21 personas hubo informes de escuchar un sonido desconocido, localizado al inicio de los síntomas en sus viviendas y habitaciones de hotel” en La Habana, dice el artículo de JAMA.
Algunos describieron estos ruidos como agudos y otros como graves pero todos “los individuos afectados describieron los sonidos como dirigidos, intensos y en un tono sostenido”.
“Los sonidos eran a menudo asociados con estímulos sensoriales similares a una presión o vibración (…) comparables al aire que entra en un vehículo en marcha con las ventanillas parcialmente bajadas”, describe el informe.
La duración de este extraño fenómeno variaba desde unos segundos hasta más de 30 minutos, según los testimonios. Algunos casos reportaron síntomas neurológicos inmediatos; otros no notaron nada hasta pasado un tiempo.
La revista médica señala, no obstante, que “no se ha documentado que frecuencias del espectro sonoro audible causen lesiones duraderas en el sistema nervioso central”, concluyendo que es difícil establecer un vínculo entre el ruido y los síntomas reportados.
Por otra parte, aunque infecciones y otras causas médicas “no son hasta ahora evidentes”, no se descarta su posibilidad.
“Es poco probable que un agente químico pudiera producir estas manifestaciones neurológicas sin implicar a otro órgano, particularmente considerando que algunos individuos desarrollaron los síntomas antes de 24 horas de haber llegado a La Habana”, agrega el reporte.
Tampoco hay evidencia de trauma físico y los exámenes de imagen de resonancia magnética no muestran ninguna anormalidad cerebral significativa, pese a que muchos de los síntomas descritos por las víctimas eran similares a los experimentados tras una conmoción cerebral.
“Realmente parece una conmoción cerebral sin historia de trauma craneal”, señala uno de los coautores, el Dr. Douglas Smith.
No obstante, muchos de los problemas reportados fueron corroborados por evaluaciones neurológicas, auditivas y visuales.
“Varias de las manifestaciones objetivas encontradas consistentemente no podrían haber sido consciente o inconscientemente manipuladas”, dicen los especialistas, restando peso a las sugerencias de un posible delirio colectivo.
El Departamento de Estado sostiene que sus funcionarios fueron blanco de ataques “específicos” en Cuba. Producto de los incidentes, la administración Trump ordenó a fines del año pasado el retiro de la Habana de más de la mitad de su personal diplomático, mientras expulsó un número proporcional funcionarios de la Embajada de Cuba en Washington.