MIAMI, Estados Unidos. – Yuneika González, abuela de Elizabeth Meizoso, la bebé de dos años que murió por el hundimiento de una lancha de migrantes perpetrado por guardafronteras cubanos cerca de Bahía Honda, dijo a Radio Televisión Martí que la Seguridad del Estado había pedido su silencio.
“Me llamaron para que no hablara, para que no dijera nada, que no me metiera en eso, que ellos nos daban su apoyo, que no sé qué… Fue un agente del DTI [Departamento Técnico de Investigaciones del Ministerio del Interior] que me llamó para que no hablara, que no me metiera en el lío de las redes sociales”, detalló González.
La mujer también aseguró que quienes le pidieron callarse le prometieron ayuda a su familia.
El pasado lunes, Dilaidys Ramos Crespo, una embarazada sobreviviente del trágico crimen, dijo al canal AméricaTeVé que tras montar en la embarcación con rumbo a Estados Unidos los guardafronteras le la Isla procedieron a neutralizar los motores de la lancha, antes de embestirla.
“Nos atacaron y neutralizaron los motores”, contó Ramos Crespo. “Inmediatamente nos atacaron por el lado y nos dijeron que nos iban a partir al medio y así mismitico fue. Nos fueron arriba con todo, a matarnos. Ellos no tuvieron compasión ninguna con nosotros”.
Tras el impacto y la caída al agua, los migrantes empezaron a gritar por la embarazada y la bebé de dos años que finalmente murió ahogada. “Ellos [los guardafronteras] no hicieron nada, nos gritaron a nosotros que quién nos había mandado a montarnos, que por qué nosotros no habíamos pensado las cosas antes de hacerlas. En ningún momento hubo ninguna ayuda por parte de ellos, porque a ellos no les interesaba nada”, reveló Ramos Crespo.
“Entre nosotros mismos tuvimos que ayudarnos para poder subirnos a la embarcación [de los guardafronteras], pero no porque ellos nos brindaron ninguna ayuda, como si nosotros fuéramos animales”, agregó.
Héctor Eduardo Meizoso, otro de los migrantes y esposo de Ramos Crespo, indicó que los militares cubanos “no tuvieron escrúpulos”.
“Eso fue la cosa más triste de la vida que pueden haber hecho esas personas. No hubo necesidad de haber hecho eso. Estábamos parados en el puesto y nos partieron la lancha al medio. (…) Nosotros, los familiares, fuimos rescatando a las personas y empezamos a subirlos poco a poco porque ni nos ayudaron”, dijo.
El pasado lunes también trascendió el testimonio de Diana Meizoso, otra de las sobrevivientes del hundimiento y madre de la bebé de dos años fallecida. La cubana aseguró que la embarcación destruida había sido atacada por los guardafronteras de la Isla y desmintió que hubiera sido un accidente, como informó el Ministerio del Interior (MININT) el pasado sábado.
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