MIAMI, Estados Unidos.- La condena a cárcel en Venezuela de Leonardo David Chirinos Parra, un funcionario activo de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Zulia, por el Tribunal Especial 4° de Primera Instancia en Funciones de Control con Competencia en Terrorismo, llamó la atención en el país petrolero por cómo la dictadura de Maduro desecha a quienes no le sirven al régimen, sin importar su rango o los servicios prestados.
De acuerdo a un artículo publicado este domingo por Infobae, este “es un caso revelador de lo que ocurre con la revolución bolivariana, un trapiche que va exprimiendo y aniquilando a quienes disienten o polemizan con los sectores de poder establecido. Ni siquiera los funcionarios de la tenebrosa DGCIM están a salvo”.
Según el texto, Carmen Parra, madre de Chirinos Parra y del S2 Leandro Leomar Chirinos Parra, detenido por la Operación Gedeón y quien se hizo viral a través de un video difundido por la Fuerza Armada, aseguró que su hijo David fue llevado el 21 de abril a la DGCIM central en Caracas, y que nueve días después el joven le aseguró en una video llamada que estaba siendo torturado para que revelara el número de teléfono de su hermano S2 (GNB) Leandro Leomar.
La mujer denunció a Venca TV que su hijo Leonardo David “fue asesinado por DGCIM, pero horas después habría sido presentado ante el Tribunal por los delitos de traición a la patria, rebelión y conspiración con gobierno extranjero”, reza la nota de Infobae.
En el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela “tampoco están a salvo los militares por muy alto rango que lleguen a tener. Deben tener la convicción de estar dispuestos a complacer a la Revolución en lo que sea, por encima de principios, dignidad y familia. Son útiles a la revolución en la medida que la alimenten”.
En Venezuela el mayor grado militar es el de Almirante en Jefe o General en Jefe, grado que ostenta entre otros el ministro de la Defensa Vladimir Padrino López, sin embargo, Raúl Isaías Baduel, el hombre clave para que Hugo Chávez regresara al poder cuando el golpe del 11 de abril 2002 también tenía ese grado militar, y hoy lleva casi 10 años preso, “a veces incomunicado, y sin que se le permita las visitas familiares o de abogados”.
El Mayor General Miguel Rodríguez Torres, manejó la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) y la trasformó en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN). Participó el 4 de febrero de 1992 en la intentona golpista contra Carlos Andrés Pérez; fue ministro del Interior y Justicia desarrollando uno de los eventos de mayor defensa de la revolución y de la permanencia de Nicolás Maduro en el poder, cuando enfrentó la jornada de guarimbas, como se llamó a las protestas que reventaron a todo lo largo y ancho del país. No obstante, desde marzo del 2018 permanece detenido en la cárcel de alta seguridad de Fuerte Tiuna, acusado de Traición a la Patria e Instigación a la Rebelión.
Por su parte, el Mayor General (Ej) Hugo Carvajal Barrios, El Pollo, quien fuera el hombre de más confianza de Hugo Chávez en lo que a inteligencia militar se refiere “no tuvo la misma empatía con Nicolás Maduro y eso lo sentenció”, asegura el texto. “Hoy está oculto, siendo solicitado por los Estados Unidos y odiado por sus otroras compañeros de revolución, que no han escatimado adjetivos contra él de narcotraficante, entre otros”.
En la lista también se incluyen diputados, gobernadores, ministros, concejales y civiles en altos cargos del gobierno como el caso del químico Nelson Martínez, presidente de la empresa venezolana CITGO en Estados Unidos y luego Presidente de Petróleos de Venezuela y Ministro de Petróleo, “hasta que en noviembre 2017 fue detenido y recluido en los sótanos de la DGCIM, donde permaneció poco más de un año”, donde murió por no ofrecerle a tiempo asistencia médica.
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