MIAMI, Estados Unidos. — La zafra azucarera en Cuba sigue sin levantar cabeza. Así lo aseguraron este lunes autoridades de la isla, que admitieron un déficit de 95 000 toneladas de azúcar en la actual campaña.
En esta ocasión las dificultades para cumplir la producción —prevista en más de 400 000 toneladas de azúcar— obedecen a “dificultades financieras” y escasez de personal para acometer las tareas necesarias en esa industria.
Luis Ríos, director general de Encadenamiento Productivo del grupo empresarial Azcuba, dijo al diario Granma que otro de los motivos del déficit han sido los incendios en cañaverales y los robos de azúcar.
El funcionario indicó que la producción azucarera también está sintiendo los efectos del éxodo masivo de cubanos rumbo a Estados Unidos y otros países. En ese sentido, explicó que el personal que labora en la zafra “ es reducido y de avanzada edad”, lo que dificulta la obtención de las metas.
Para justificar los pobres resultados, Ríos hablo también de “dificultades para acceder a piezas para los centrales y la inflación”.
“Los problemas productivos de un central impiden que los trabajadores reciban salarios decorosos y muchos se van”, aseguró el directivo a Granma.
El pasado año Cuba completó la peor zafra de los últimos 100 años, y las proyecciones de la actual no son mejores, ya que alrededor de la quinta parte de la misma se ha visto comprometida.
En noviembre de 2022, Julio Pérez García, presidente de Azcuba, sostuvo que la idea para el curso 2022-2023 era hacer una cosecha “objetiva, flexible y, aunque pequeña, con buenas prácticas”, concentrando los recursos en menos centrales con la aspiración de lograr “mayor eficiencia”.
Sin embargo, ya en el mismo mes de noviembre, Azcuba había informado que ninguna de las empresas cubanas envueltas en la zafra azucarera había cumplido el plan de siembra de caña previsto hasta ese momento.