LA HABANA, Cuba, 3 de septiembre de 2013, Pablo Pascual Méndez/ www.cubanet.org.- Con payasos, juegos tradicionales, dulces, refrescos y rifa de material didáctico para el nuevo curso escolar, la Red de Bibliotecas Cívicas Reinaldo Bragado, despidió la jornada veraniega el pasado viernes 30 de agosto, a través de su programa infantil Animando Sonrisas.
El bibliotecario Alejandro García Arias, portavoz de la organización, apunta que fueron celebradas tres fiestas simultáneas a las que asistieron un promedio de 30 niños por fiesta.
Detalló García que “se desarrollaron con tranquilidad y el consentimiento de padres y vecinos, quienes cooperaron para darle a los niños pobres un oasis de divertimento después de un periodo vacacional carente de recursos, entretenimientos, problemas con el transporte y la pésima programación veraniega de la televisión”.
Según García Arias, en la provincia Habana se efectuaron dos encuentros: en la calle Miguel Blanco entre Vento y Varona, en el reparto Capdevila, municipio Boyeros, y en la calle 69 entre 180 y 182, en el municipio la Lisa. Estos Animando Sonrisas fueron conducidos por Ada López Canino y Nuria de la Vega, quienes administran las bibliotecas cívicas José Martí y Alexander Solzhenitsin respectivamente; la tercera se realizó en el municipio especial Isla de la Juventud.
En la Isla
La bibliotecaria Niuris Mejías Morales, al igual que sus colegas de la Habana, realizó una actividad infantil-didáctica en la calle 69 de Nueva Gerona, capital del municipio especial y, según informó a este reportero―vía telefónica―también fue inaugurada la biblioteca cívica, “Isla de Pinos”, nombre que representa un sentimiento reprimido del pueblo pinero. “Que no aprueba el cambio de nombre de su isla, decisión tomada por un parlamento que ni siquiera convocó a un referéndum para sondear el estado de opinión del pueblo”, aseveró.
Mejías nació en Nueva Gerona, y al igual que sus paisanos vive orgullosa de su terruño, donde desafortunadamente se enclavó el Presidio Modelo y posteriormente se crearon escuelas para estudiantes extranjeros, a quienes adoctrinaron con la ideología marxista.
Asimismo, le resulta paradójico que este pedazo de Cuba permanezca llamándose Isla de la Juventud, en medio de una población envejecida cuyo 60% de habitantes sobrepasan la edad de 40 años. “Tampoco renunciaron al gentilicio de pineros”, síntoma que demuestra el descontento generalizado de quienes habitan la segunda isla más grande del archipiélago.