LA HABANA, Cuba.- Desde el centro penitenciario de máximo rigor Kilo 5 ½, que se encuentra ubicado en la Carretera Central, en la occidental provincia Pinar del Río, el prisionero Yasser Orbeal Llorente denuncia que autoridades penitenciarias y sanitarias se niegan a someterlo a intervención quirúrgica para extraerle dos bisturís que ingirió con motivo de un altercado con un oficial.
Yasser Orbeal Llorente, de 33 años de edad y natural del municipio Centro Habana, en esta capital, a través de conversación telefónica dio a conocer que mientras se encontraba internado en el campamento de reclusos La Conchita tuvo una fuerte discusión con su director, el mayor Duarte Toledo, debido a que quería ser trasladado de campamento, pues allí no había trabajo para él, además de que el mencionado oficial maltrata no solo a los prisioneros, sino también a los guardias bajo su mando.
De acuerdo con sus declaraciones, el prisionero lleva cuatro meses sin cobrar, pues solamente lo habían empleado dos o tres veces como “apoyo”, lo cual en la jerga de los oficiales significa trabajo no remunerado. El recluso indicó también que luego de la discusión el mayor Duarte lo encerró en celda y allí él, en un momento de desesperación, se tragó dos bisturís. Agrega que fue conducido al Hospital General Docente Abel Santamaría Cuadrado, en la provincia Pinar del Río, donde le hicieron tres radiografías y posteriormente lo trasladaron para la prisión de máximo rigor de Kilo 5 ½, donde se encuentra ingresado en la enfermería.
Orbeal Llorente denunció igualmente que el clínico de la prisión, de apellido Trujillo, le dijo que para llevarlo al hospital tiene que esperar a que un bisturí le perfore un órgano, pues nadie lo mandó a tragárselos. También le ha recomendado comer para poder expulsar los bisturís, pues en los rayos x aparecen ubicados por debajo de la zona umbilical. Del mismo modo puntualizó que en protesta por la negativa de las autoridades se declaró en huelga de hambre desde el día 8 de enero. El prisionero denunció además que hasta la fecha no solo no lo han llevado nuevamente al hospital, sino que por el contrario, lo han amenazado con “meterle la comida a empujones por la boca” si persiste en su decisión de mantenerse en inanición voluntaria. De igual manera criticó que le revocaron el régimen de mínima severidad por seis meses y además lo han amenazado con agregar otro año de prórroga si no abandona la huelga, pues según las autoridades penitenciarias esa protesta se considera indisciplina.
El prisionero amplió además que el mencionado militar se desquita con reclusos y guardias por haber sido trasladado hacia ese campamento en contra de su voluntad, pues en el campamento La Soledad, donde trabajaba anteriormente, disponía de tierras y tenía negocios de cría de cerdos.
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