El entusiasmo por un guiño de aprobación proveniente de La Habana, era tal que los anfitriones obsequiosos habían planificado hacer dos fotografías oficiales, de manera que aunque llegará tarde, el general pudiese aparecer de todas todas en la fotografía.
En la tarde de ayer había confianza no exenta de nerviosismo en el anfitrión mexicano de la 24 Cumbre Iberoamericana de que el general Raúl Castro arribara, no importa a qué hora, pero que estuviera presente en el cónclave.
El general no lo hizo y no apareció en la foto de la inauguración como tampoco lo hicieron sus aliados ideológicos de la región, los mandatarios Daniel Ortega de Nicaragua, Cristina Fernández de Argentina, Dilma Rousseff de Brasil, Evo Morales de Bolivia, Nicolás Maduro de Venezuela, y Salvador Sánchez de El Salvador.
Salvo Cerén que llegó a Veracruz, pero que por un supuesto desvanecimiento optó por retirarse, ninguno de ellos, identificados como izquierdistas, acudió a la cita mexicana.
Allí estuvieron jefes de Estado y de Gobierno de 15 países. De España viene el rey junto al jefe de Gobierno, y de Portugal su presidente y primer ministro.
La esperanza de que Raúl Castro, jefe del régimen militar cubano, arribara a la Cumbre era grande, pero se vio frustrada.
El entusiasmo con un guiño de aprobación proveniente de La Habana, en la figura del general Castro, era tal que los anfitriones obsequiosos habían planificado hacer dos fotografías oficiales, de manera que aunque llegara tarde, el militar isleño pudiese aparecer de todas todas en la fotografía.
- AGENCIAS