LA HABANA, Cuba, 15 de julio de 2013, Leonel Alberto Pérez Belette/ www.cubanet.org.- La carismática agrupación Qva Libre, fenómeno musical que desde 2005 y bajo la dirección del guitarrista Carlos Díaz fusiona ritmos cubanos con funk, rock y hip hop, ofreció un concierto el pasado viernes dentro del espacio creado por la empresa cuentapropista Todo Mezclado. Tuvo lugar en los predios de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña.
El estilo visual de Qva Libre es muy peculiar. Grandes sombreros, curiosos espejuelos, vestuarios con colores llamativos y una mezcla totalmente renovadora hacen que estos 14 jóvenes sean una explosión sobre el escenario, según ellos mismos anotan en su página web. Utilizan muy a menudo la bandera nacional como escenografía.
Todo Mezclado tiene como gerente y propietario a un antiguo funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Quintín Durruthy Guillén, extremadamente habilidoso para los negocios y miembro de la Fundación Nicolás Guillén. Su espacio se ha convertido en referente intercultural para un amplio sector de la juventud y otras tribus sociales no tan bisoñas; fundamentalmente intelectuales, artistas, estudiantes y trabajadores particulares que empiezan a tener alto poder adquisitivo.
Alternativo espectáculo que se puede disfrutar cada fin de semana y por cuyo escenario han pasado recientemente figuras del patio, de variado repertorio, tan populares como Descemer Bueno, Waldo Mendoza, el rapero Baby Lores, Kelvis Ochoa, entre otros.
No se trata de un show barato, dado que dista de las posibilidades de un padre de familia promedio; pero cuenta con precios diferenciados que van desde 50 pesos cubanos, unos tres dólares, la entrada, hasta reservados con mesas de 60 dólares, con consumo incluido para cuatro personas.
El proyecto, llevado por poco más de una decena de empleados, ha contado con el evidente beneplácito de autoridades que se benefician de los impuestos y la venta de víveres y refrigerios; tan sólo el haberse asentado dentro de uno de los principales centros turísticos de la Isla, administrado por las Fuerzas Armadas (FAR), lo demuestra.
Sin embargo, esta sociedad atraviesa por los mismos obstáculos que el resto de los negocios autorizados. La incertidumbre de esperar al próximo discurso del presidente Raúl Castro y sus asesores económicos, el 26 de julio próximo, para saber hacia dónde van los pasos de un país que intenta aprender a caminar de forma natural. Todo esto intenta acotejarse dentro del dilema de un sistema impositivo diseñado para estimular mini empresas familiares, pero draconiano con los comerciantes exitosos; se trata de encontrar sistemas de pago legales y lidiar con entidades militares y funcionarios sin vocación empresarial ni conceptos de competencia cordial; también con el restringido acceso a los medios de difusión y otros avatares.
Los espectáculos estatales atraviesan por una decadencia y violencia sin igual. Se acercan los decadentes carnavales. A ver qué pasa. Baste mencionar la muerte de un muchacho apuñalado durante la presentación de La Charanga Habanera y la orquesta Van, Van, el fin de semana anterior, en la plaza política erigida frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en esta capital.
La afluencia con Qva Libre fue amplia, favorecida por la imagen visual del enclave; todo a pesar de la escasa promoción y de la compleja transportación hacia esa zona, del horario nocturno y la amenaza de lluvia. La presentación el próximo viernes de la agrupación salsera Los Ángeles de La Habana, por tanto, promete concurrencia.