MIAMI, Estados Unidos. — La nominación de Qatar como sede de la Copa del Mundo de Fútbol 2022 levantó ronchas desde el mismo momento en que la FIFA resolviera (hace ya más de una década) otorgar la sede del evento a esa nación del Medio Oriente.
La decisión parecía más política que deportiva: Qatar no era el país con las mejores condiciones para organizar la competencia, pero había que premiar la influencia creciente del poder qatarí en el mundo del fútbol, traducida fundamentalmente en grandes inyecciones de capital.
Aunque las elevadas temperaturas harían casi imposible jugar el torneo en verano y obligarían a cambiar el torneo de fecha —cosa que terminó ocurriendo— era conveniente que Qatar tuviera su Mundial, aunque para ello los organizadores debiesen desembolsar una cifra récord de dinero.
Si bien la Copa del Mundo de Fútbol suele convertirse en una fiesta universal, varios sucesos vinculados a la organización del certamen qatarí han estado bajo la lupa de organismos internacionales.
El movimiento global Amnistía Internacional (AI) llegó a denunciar la explotación de migrantes que trabajaban en la construcción de los estadios.
“Los migrantes que construyen un moderno estadio para la Copa Mundial de Fútbol de 2022 en Qatar sufren abusos y explotación, mientras la FIFA obtiene enormes beneficios”, denunció AI en una declaración publicada en 2016.
En aquella ocasión, Amnistía Internacional y otras organizaciones pidieron a la FIFA y a los patrocinadores que actuaran inmediatamente para proteger a los trabajadores migrantes de Qatar frente a los abusos que allí enfrentaban.
Algunos futbolistas también han criticado la elección de Qatar como sede en base a esos mismos elementos.
“Estoy totalmente en contra de que el Mundial se juegue en Qatar. Designar ese país fue un error de las federaciones”, reiteró hace algunas semanas Toni Kroos, futbolista alemán del Real Madrid, en declaraciones ofrecidas al canal ZSF.
Aunque el mediocampista nunca ha llamado a boicotear el evento, sí ha pedido que se tengan en cuenta las violaciones de derechos humanos en el país asiático.
El propio Kroos, que no jugará el Mundial tras haberse retirado de la selección alemana, había denunciado en 2021 que “los inmigrantes están sometidos, trabajan sin descanso con 50 grados de calor, sufren una alimentación insuficiente, sin agua potable y a temperaturas de locura”.
En aquella ocasión Kroos también recordó que en Qatar existe persecución hacia los homosexuales .
“Una cosa son las condiciones laborales, pero también hay un punto u otro, diré, todavía hay, por ejemplo, que la homosexualidad en Qatar es un delito penal y también está enjuiciada”, expresó el jugador alemán.
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