MIAMI, Estados Unidos. – La escalada de protestas en Francia ha continuado durante las últimas jornadas. En ese sentido, el pasado sábado las autoridades detuvieron a 1.723 personas en todo el país luego de violentos enfrentamientos entre los “chalecos amarillos” y las fuerzas de seguridad.
Según el diario español ABC, los choques provocaron graves destrozos y hasta saqueos por parte de los manifestantes más extremistas y violentos. Una tienda de Apple, por ejemplo, fue desvalijada en Burdeos.
Asimismo, los manifestantes elevan sus reclamos y amenazas ante el gobierno francés y los de comunicación.
“Odiamos a la prensa. Os vamos a partir la cabeza”, así reaccionó un “chaleco amarillo” ante una pregunta de un periodista ABC, cerca del Arco del Triunfo, en una nueva jornada de violencia en París y otras ciudades de la nación europea.
Otros manifestantes han preferido desmarcarse de los disturbios de los últimos días, aunque, han admitido que parece ser esa la única vía para hacerse escuchar. Muchos de ellos no dudaron en considerar que el jefe de Estado “debe dimitir”.
Tal es el caso de Corinne, una mujer parisina de 53 años que recordó a ABC que el pasado 27 de noviembre salieron a las calles “de forma pacífica, pero nadie nos escuchó”.
Asimismo, la manifestante señaló que detrás de esos hechos de violencia hay reclamos genuinos.
“Pedimos más justicia social. Siempre pagamos los mismos. Nosotros, a diferencia de los ricos, no podemos llevar nuestro dinero a Luxemburgo”, denunció Corinne, quien también apuntó directamente contra el presidente Emmanuel Macron alegando que “tiene mucho ego y solo piensa en sí mismo”.
La ola de protestas en Francia se inició el pasado 17 de noviembre, cuando más de 280 mil personas salieron a la calle a manifestarse contra el aumento de los impuestos a la gasolina y al diésel, una medida aconsejada por los expertos en medio ambiente para desincentivar el consumo de combustibles fósiles.