LA HABANA, Cuba, 18 de julio (Ana Aguililla, Cambio Debate/ 173.203.82.38) -El pasado día 12 un grupo de ciudadanos desamparados, se presentaron en la Dirección Municipal de la Vivienda del Municipio Playa, sita en ave 45 y 26, para protestar por su situación.
Las personas portaban pancartas donde tildaban al presidente municipal de ladrón y corrupto. “Estamos en la calle y el director vende las casas disponibles para su beneficio”, gritaba el tumulto airadamente hasta que llegó la policía y disgregó a los manifestantes.
El Estado, quien hasta el momento mantiene absoluto control de todos los bienes raíces de la nación, supuestamente mantiene un programa de asistencia que debe proveer viviendas a los ciudadanos que cataloga como “casos sociales”, porque se encuentran viviendo en lugares declarados inhabitables, albergues, o que no tienen donde vivir. Sin embargo, en la práctica, los trámites de este tipo se alargan durante años.
Uno de los problemas que más golpean a los cubanos es la aguda falta de viviendas, que hace que varias generaciones de una familia deban vivir hacinadas ante la imposibilidad de mudarse a nuevos inmuebles. A pesar de la masiva emigración y el bajo índice de natalidad, durante el más de medio siglo transcurrido desde que triunfara la revolución comunista en 1959, la población cubana se ha duplicado. La casi nula construcción de nuevas viviendas, unida al deterioro de las existentes, por falta de mantenimiento, ha provocado la abrumadora crisis habitacional que agobia a la población.