LA HABANA, Cuba. – Hace dos meses, la presa política Aymara Nieto Muñoz llegó a las cuatro décadas y media de vida. Como desde hace tres años, la Dama de Blanco “celebró” la fecha en la Prisión de Mujeres de Manatí, en Las Tunas. Dos días antes que ella, su hija menor, Rihanna de la Caridad, también cumplió años ―nueve―, y no pudo abrazarla.
Recientemente Ana Belkis Ferrer, hermana del líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer, publicó en Facebook que Nieto Muñoz se había declarado en huelga de hambre en la prisión tunera, donde se encuentra detenida desde mayo de 2018.
De acuerdo con el post, la también activista de la UNPACU y promotora de Cuba Decide, expresó a través de una llamada telefónica a su esposo, el exprisionero político Ismael Boris Reñí, que las autoridades carcelarias tendrían que trasladarla para La Habana, donde residen sus hijas y el resto de su familia, o tendrían que sacarla “muerta” de la prisión tunera.
Debido al régimen de incomunicación al que está sometida, CubaNet no pudo comprobar de manera independiente que la opositora haya iniciado una huelga de hambre.
La condena de cuatro años de privación de libertad contra Nieto Muñoz no se extingue hasta 2022. La opositora fue juzgada en 2018 por los supuestos delitos de “desacato”, “atentado” y “desórdenes públicos”.
En la cárcel, su estado de salud se ha visto afectado. Según su esposo, además de problemas en la cervical, la activista padece de hipertensión debido a “las torturas del régimen castrista”.
La única comunicación que Nieto Muñoz ha podido tener con su familia es mediante llamadas telefónicas. Según Boris Reñí, “le han ordenado llamar solamente a los familiares; si no, la meten en celda de tortura como están acostumbrados a hacer y debido a que ella no quiere dejar de hablar con sus hijas no ha tratado de llamar a otras personas”.
Sus dos hijas menores tienen la esperanza de volver a verla y recuperar todo el tiempo que no estuvieron juntas, según confesaron las pequeñas, a quienes su padre las describe como “niñas bastante fuertes para estar pasando por esta situación”.
Nieto Muñoz se encuentra en estos momentos a más de 600 kilómetros de su familia. En marzo del año pasado fue trasladada de la Correccional de Mujeres El Guatao, en La Habana, donde comenzaba a cumplir sanción, a Las Tunas “como castigo por haberse involucrado, supuestamente, en un motín ocurrido dentro de la cárcel”.
“Una de las estrategias fundamentales que ha utilizado la dictadura castrista es meternos presos a los dos (…). Lo que querían era que las niñas se quedaran afuera sin sus padres”, apunta Boris Reñí.
En 2016, tanto él como Nieto Muñoz fueron detenidos, acusados de “desórdenes públicos” y condenados a un año de cárcel. Mientras, en 2019 Boris Reñí, miembro también de la UNPACU, fue condenado por segunda ocasión a dos años de prisión por el delito de “desacato”.
“La situación en mi casa con las niñas no es nada fácil. Es muy difícil, pero yo ya me he acostumbrado, aunque las niñas todavía”, confiesa.
Tratar de separar a los padres de sus hijas no ha sido el único procedimiento de la Seguridad del Estado contra el matrimonio opositor. El régimen también les ha ofrecido que abandonen el país, aprovechando sus “buenos avales en la oposición”.
“Cuando tenían a Aymara en El Guatao fueron a buscarme a Valle Grande en un carro de Villa Marista. Yo pensé que era para juicio y me llevaron para El Guatao, allí tenían a Aymara (…)”.
En esa ocasión, cuenta Boris Reñí, agentes del régimen les propusieron salir del país.
“Me dijeron que ellos mismos me sacaban. Yo ponía el número de dinero que quería y ellos me daban los pasaportes. Me comunicaron que me daban un rato para pensar y yo les dije que no tenía que pensar nada, que el sufrimiento de mis hijas no era pago con ningún dinero. Aymara no dejó ni que le mencionaran la propuesta”.
Hasta su detención, Nieto Muñoz fue una de las Damas de Blanco más activas contra el régimen de la Isla. Su última detención ocurrió cuando se disponía a participar en una protesta pacífica como parte de la campaña “Todos marchamos”.
Organizaciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas han exigido su liberación inmediata.
También personalidades como Michael Kozak, exsubsecretario interino de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos; Luis Almagro, secretario general de la OEA, y Mara Tekach, ex encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, han exigido al régimen cubano la libertad de Nieto Muñoz.
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