MIAMI, Estados Unidos. – “Una vez más le niegan el debido servicio de salud a mi hijo Cristian Pérez Carmenate por el simple hecho de ser opositor pacífico al régimen”, denunció en conversación con CubaNet la exprisionera política Yolanda Carmenate, madre del activista.
Alrededor del mediodía del pasado martes 10 de agosto, la mujer se dirigió a la Dirección de Ambulancias de la ciudad de Las Tunas para solicitar sus servicios, debido al estado en que se encontraba su hijo.
“Llevaba varias horas con vómitos constantes, falta de aire, taquicardias y otras dolencias. Vive en una segunda planta y en su condición física nos es imposible trasladarlo por nuestra cuenta”, explicó su madre.
Después de 13 horas de espera, en la madrugada del día 11, la ambulancia arribó a la vivienda, sin los equipos necesarios para brindar los cuidados requeridos.
“A las 3:00 a.m. fue que lograron bajarlo del segundo piso y para eso tuvieron que venir los bomberos. Luego, ya en el hospital Ernesto Guevara de la Serna, lo dejaron en la sala de pacientes con COVID-19, sin tener en cuenta su alto nivel de vulnerabilidad”, indicó Carmenate.
Desde el 2019, el exprisionero político, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de Cuba Decide, padece de mieloma múltiple, una afección que convierte en cancerosas las células plasmáticas que se encuentran en la médula ósea y que son las encargadas de producir los anticuerpos que ayudan al organismo a atacar y destruir los gérmenes. Este cáncer genera daño en los huesos, el sistema inmunológico, los riñones y los glóbulos rojos.
“Es cierto que la regla indica que para ingresar en la Sala de Hematología debe primero someterse a un test rápido, pero no debieron dejarlo con los pacientes que ya son positivos, porque el riesgo es muy alto. Además, resulta que en este hospital se agotaron los medios para hacer pruebas de PCR. Por eso, Miguel, su hermano, tomó la camilla y se la llevó cuesta abajo hasta llegar a la Sala de Medicina donde le hicieron otros exámenes que, entre otras cosas, mostraron que tiene la hemoglobina en seis”, lamentó la entrevistada.

“Él está postrado en una silla de ruedas, pasando la mayor parte del día en su camita. Cristian se ha agravado por no tener el tratamiento adecuado. Según los médicos necesita Talidomida, pero es un medicamento de uso exclusivo en el hospital y ahora está en falta. Ni siquiera cuenta con medicina básica para calmar los dolores”.
Los tratamientos a los que debe someterse Pérez Carmenate para paliar su condición de salud incluyen no solo el uso de medicamentos como la Talidomida, sino también quimioterapia, corticosteroides, radioterapia o incluso un trasplante de células madre.
A pesar de que en la actualidad el país atraviesa por una crisis sanitaria sin precedentes, el opositor ha sufrido la desidia de Salud Pública en varias ocasiones, denuncia su madre.
En 2019 y 2020, agentes del Ministerio del Interior le decomisaron medicamentos que habían sido gestionados por la UNPACU. En el propio hospital donde permanece ingresado ahora, tiempo atrás, también le fue negada la atención médica por no contar, supuestamente, con camas disponibles, detalla su madre.
Asimismo, la médica de la familia encargada de su área de salud ha utilizado como pretexto el estado de la escalera de la casa para no subir a atenderlo, también ha denunciado Carmenate.
El 12 de agosto de 2019, oficiales del MININT detuvieron y golpearon a Pérez Carmenate. A raíz de la violencia a la que fue sometido, sufrió una fractura en el brazo derecho, entre otras lesiones.
Luego del arresto fue sometido a juicio y enviado a la prisión El Típico, en Las Tunas. Allí permaneció 40 días sin recibir atención médica. Finalmente, las autoridades permitieron que fuese operado y le colocaron un fijador externo. Después de la intervención quirúrgica, fue regresado a la cárcel Plan Confianza, hasta que, en noviembre de 2019, se le otorgó una licencia extrapenal debido a su estado de salud.
Al salir de prisión, el activista describió abusos a los que era sometido pese a su intenso dolor. Los médicos no lo visitaban en su celda, no era llevado al hospital del centro penitenciario, le quitaron la silla de ruedas que necesitaba, dormía en el suelo y la venda de su brazo permanecía sucia pese al riesgo de infección, dijo.
“Cristian está luchando por su vida, pero su realidad es más fuerte. Por ser opositor pacífico le han negado el derecho a ser debidamente atendido. Todos sus problemas comenzaron con la golpiza que esbirros del régimen le propinaron por gusto. Yo quiero a mi hijo vivo. Ruego que me ayuden para que le concedan una visa humanitaria”, suplicó Carmenate.
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