LA HABANA, Cuba. – Oscar Bárbaro Bravo Cruzata, empleado del Aeropuerto Internacional José Martí, es uno de los cientos de manifestantes que se encuentran en prisión por haber participado en las protestas antigubernamentales del pasado 11 de julio.
Desde el Combinado del Este, en La Habana, el recluso relató vía telefónica a CubaNet pasajes de la represión desatada por las autoridades en la localidad de Víbora Park, ubicada en el municipio de Arroyo Naranjo.
Ese día –cuenta Bravo Cruzata– una muchedumbre de su barrio salió a la calle. En el camino se les fueron sumando personas de Mantilla y otros barrios vecinos. Según el trabajador aeroportuario, marchaban tranquilos en dirección a Centro Habana, pero al llegar al Café Colón fuerzas represivas del régimen los encerraron en un cordón y les empezaron a rociar spray, sobre todo a las mujeres.
Añade el recluso, de 23 años, que algunas de las féminas que marchaban iban con niños, pues se trataba de una marcha pacífica. Nunca imaginaron que serían reprimidos.
Bravo Cruzata explica que el 11 de julio agentes del régimen vestidos de civil y policías los empezaron a apalear a los manifestantes con tonfas. Asegura que golpearon incluso a mujeres y niños. En ese momento, varios de los marchantes comenzaron a defenderse como pudieron. En la confusión, unos cuantos lograron escabullirse, como él.
Oscar Bárbaro Bravo Cruzata laboraba en el departamento de seguridad de vuelos del Aeropuerto Internacional José Martí.
Cuenta que fue apresado el 24 de julio al llegar a su trabajo. Dos días antes, el subdirector de ese departamento, nombrado Franklin, había ido a su casa para pedirle que se presentara con urgencia, pero él no fue sino hasta su siguiente turno.
Señala el recluso que antes de entrar al aeropuerto fue interceptado por agentes del DTI. Allí, lo despojaron de sus pertenencias y de todo cuanto pudiese identificarlo como empleado de la instalación. Alega que esa fue la razón por la que no lo arrestaron en su domicilio: para que un trabajador aeroportuario no quedara vinculado a las protestas.
Indica Bravo Cruzata que ese mismo día lo trasladaron para la División de Investigación Criminal y Operaciones de 100 y Aldabó y que durante toda esa jornada no le dieron nada de comer. Allí lo mantuvieron encerrado 40 días. A consecuencia de la humedad adquirió un hongo para el cual, hasta el momento de su llamada, no había recibido tratamiento médico.
De acuerdo con su propio testimonio, Bravo Cruzata es uno de los prisioneros incluidos en la petición fiscal colectiva de 20 años de cárcel por el supuesto delito de “sedición”.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.