LA HABANA, Cuba. — El periodista independiente Osniel Carmona Breijo, arrestado en la tarde del pasado domingo 19 de febrero en los predios de la recién concluida Feria Internacional del Libro de La Habana, fue liberado tras varias horas de encierro en paradero desconocido.
El reportero cuenta que fue conducido al puesto de mando de la Seguridad del Estado en el recinto ferial. Allí pudo constatar cómo, mediante el sistema de cámaras instaladas en el lugar, eran vigiladas las personas que se encontraban en la Feria, sin discriminar entre vendedores, trabajadores del recinto y visitantes, y cómo a algunas se las llevaban detenidas.
Carmona Breijo explicó que “en ese lugar permaneció aislado por un espacio de cinco horas, hasta pasadas las 9:00 de la noche, cuando llegaran los que ellos llamaban ‘compañeros de la Contrainteligencia’. Ahí también estaban los oficiales de Villa Marista [cuartel general de la Seguridad del Estado en Cuba]”, agregó.
Asimismo, aseguró que, tras su captura, los agentes tenían la pretensión de apresar al también periodista Alejandro Hernández Cepero, pues habían identificado que ambos se encontraban juntos realizando las entrevistas.
Según cuenta Carmona Breijo, “justo en ese momento, unos muchachos de apenas 16 años entraron al recinto ferial cruzando a nado la Bahía de La Habana, asunto este que se vieron obligados a priorizar”.
“Aunque no los pude ver, sí los escuché discutiendo entre ellos”, dijo el reportero, quien aseguró que el conflicto entre los agentes era notable.
“Por un lado, los de Villa Marista querían llevarme detenido y confiscarme mis equipos. Por otro, decían que en un evento internacional no convenía tener conflictos de índole política que pudiera manchar el desarrollo y el ‘éxito’ del mismo”.
Osniel Carmona Breijo sostuvo que fue liberado luego de recibir varias amenazas, entre ellas la de que podía ser acusado por el delito de propaganda enemiga.
“El colmo de los colmos es que me amenacen de ‘propaganda enemiga’, cuando ha sido el propio gobierno el que ha establecido y permitido los inalcanzables precios de la Feria del Libro”, apuntó.
“Durante todo el tiempo en el que ellos discutían aproveché que estaba aislado de los demás y, por precaución, formatee la tarjeta de la cámara porque tenía material de otro reportaje que estaba realizando y pretendí, de cierta forma, disminuir las implicaciones”, contó el periodista.
“Quise esconderla, pero justo frente a mí había un señor que estaba desesperado por propinarme unos golpes y, para que no fuera a sentirse desafiado, preferí no hacerlo creyendo que al final podría salir ileso de esta”, agregó.
De acuerdo con Carmona Breijo, los agentes se molestaron con su maniobra y, en represalia, le hicieron restaurar su teléfono a su configuración original.
“Que yo hubiese formateado la tarjeta les molestó mucho y, en represalia, sin mediar la orden de decomiso establecida, me confiscaron la tarjeta con el pretexto de que ellos podían recuperar todos los archivos que yo había borrado. Para mostrar su poder, me hicieron restaurar de fábrica mi celular, de manera que perdí toda la información que tenía en él”.
El reportero argumenta que “durante todo ese tiempo se mantuvo firme”. De igual forma, les hizo saber que “no estaba cometiendo ningún delito, porque, de haber sido así, hubiese sido trasladado hacia algún lugar de tránsito como el VIVAC, donde comenzarían el proceso judicial en su contra”.
Les dije que “no hay nada malo en que las personas conozcan cuáles son los precios, cómo se desarrolla el evento, que expresen sin temor a represalias qué opinión tienen”, contó el periodista.
“E incluso les hice saber que cambiar esa ‘postura’ podría resultarles hasta beneficioso para lavar un poco la ya depauperada imagen del régimen, terminar con la censura, mostrar una imagen de permisibilidad, de democracia, pero ellos dejaron bien claro que nada de eso les interesaba”.
Por último, Carmona Breijo reveló que el mensaje de los agentes en referencia a la labor que realiza fue contundente. “’La orden está dada. En Cuba jamás tendrá espacio el periodismo independiente’. Ese fue el mensaje final y me lo dejaron bien claro”, contó.