LA HABANA, Cuba, 19 de septiembre (C/R Otero, 173.203.82.38) -Muy deprimido, luego de intentar dos veces suicidarse con psicofármacos, el ingeniero Otto Rivero, ex vicepresidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, hace tres meses que no asiste al trabajo al que lo asignaron luego de ser destituido en la primavera de 2009, supuestamente por falta de control en la dirección de la Batalla de Ideas y pérdida de su combatividad como militante del Partido Comunista.
Desde entonces es operario de máquinas en la editora Federico Engles, adscrita al Consejo de Estado, con un salario acorde a su puesto de trabajo. Ya no tiene prebendas, auto, divisa, cuota especial de carne roja y frutas, viajes al exterior y vacaciones.
Rivero fue encerrado en las galeras de Villa Marista, cuartel general del Departamento de Seguridad del Estado, por un supuesto acto de malversación. Al final fue responsabilizado por la falta de control de un equipo de miembros del Comité Nacional de la Juventud Comunista, que estaba a su cargo, quienes dilapidaron y desviaron divisas asignadas a la Batalla de Ideas del Comandante en Jefe, en viajes al exterior y bacanales.
Otto Rivero fue el último dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) que trepó a un ministerio. Durante su gobierno, era norma de Fidel Castro, a los jóvenes destacados en el liderazgo de los estudiantes universitarios, promoverlos a la UJC nacional, después al llamado “grupo de apoyo del Comandante” y finalmente al Consejo de Estado o al Consejo de Ministros.
Todos los que han recorrido ese camino, terminaron defenestrados: Carlos Lage, Luís Orlando Domínguez, Roberto Robaina, Felipe Pérez Roque y Carlos Valenciaga.