MIAMI, Estados Unidos. – El gobernante chino Xi Jinping, primer secretario del Partido Comunista en ese país, está instalando más funcionarios del Partido Comunista en empresas privadas, exigiendo a los ejecutivos de dichas compañías que adapten sus negocios para lograr los objetivos estatales.
De acuerdo con The Wall Street Journal, Jinping quiere un control aún mayor de la economía china, por lo que busca que grandes y pequeñas firmas privadas se alineen a las directrices de Beijing.
El medio estadounidense señala que el estado China se está haciendo íntegramente de empresas que considera indisciplinadas, absorbiéndolas y transformándolas en empresas estatales.
“Hay una convicción cada vez más profunda dentro del liderazgo del país de que los mercados y los empresarios privados, si bien son importantes para el ascenso de China, son impredecibles y no se puede confiar plenamente en ellos”, sostiene WSJ.
El rotativo agrega que, en septiembre, el Partido Comunista de China emitió nuevas pautas para las empresas privadas, recordándoles que deben servir al estado y prometiendo usar la educación y otras herramientas para “mejorar continuamente el consenso político de los empresarios privados bajo el liderazgo del partido”.
Apenas unas semanas después, el gobernante intervino personalmente para bloquear la oferta pública inicial de 34 000 millones de dólares de Ant Group, una de las firmas privadas más grandes de China. La decisión habría obedecido a preocupaciones de que la empresa estuviera demasiado centrada en sus propias ganancias en lugar del objetivo del estado de controlar las finanzas.
La movida del estado no ha pasado desapercibida para los empresarios, que están reorientando sus negocios para apaciguar al estado o renunciando por completo a la empresa privada.
“Para nosotros, las pequeñas empresas, no tenemos más remedio que seguir la fiesta (…) Aun así, no nos beneficiamos en absoluto de las políticas gubernamentales”, declaró a WSJ Li Jun, propietario de 50 años de una empresa de piscicultura en la provincia oriental de Jiangsu.
El empresario cerró recientemente una planta de procesamiento de productos del mar porque no podía obtener préstamos bancarios, un problema persistente para las empresas privadas, a pesar de las reiteradas promesas de Beijing de hacer que el crédito esté más disponible para ellas.
El porcentaje de inversión china en fabricación e infraestructura que proviene de empresas privadas. Sin embargo, tras un crecimiento sostenido en las últimas décadas, que alcanzó su punto máximo en 2015, con más de la mitad de las inversiones totales en activos fijos, la cifra se ha reducido desde entonces.
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