MIAMI, Estados Unidos.- Una publicación en la sección Instantáneas del periódico guantanamero Venceremos aludió a la sensibilidad de la gerencia de las tiendas en MLC de esa provincia para evitar que los niños lloren al ver confituras en las vidrieras de estos establecimientos que sus padres no pueden adquirir.
La nota, que apareció el pasado 18 de septiembre en la edición impresa de ese semanario oficialista, aboga por que reestructuren los productos exhibidos al público, para así los padres evitar la explicación de que el salario que ganan no alcanza para esos gustos.
“Guantanameros sugieren a la gerencia de la tienda de productos en MLC situada en las calles Los Maceos esquina a Prado, se valore la posibilidad de cambiar de lugar las confituras visibles a través de la cristalería que da para esta última arteria y colocar otro producto, porque llaman mucho la atención de los niños, y es complejo explicarles la imposibilidad de los padres para comprarlos por no tener acceso a esa moneda, cuestión que ante la incomprensión de los pequeños, por lo general, les provoca el llanto”, reza el texto.
La llamada de atención en la sección, que se utiliza para publicar quejas de la ciudadanía, ha generado indignación en redes sociales sobre un fenómeno delicado que afecta a millones de familias cubanas, sin acceso a los dólares que el gobierno exige ahora para comprar en dichas tiendas, que son las que tienen un poco más variada la oferta, pues los establecimientos en CUC y moneda nacional están casi desabastecidos.
Sin embargo, ante la mirada atónita de cubanos dentro y fuera de la Isla, la gerencia respondió a la petición, no sin antes tomarse el tiempo de asegurar que el país vende en “Moneda Libremente Convertible (MLC)” por “necesidad”, para “adquirir divisas y seguir ampliando ese tipo de ofertas”, pues “parte de ese dinero recaudado se dedica a la industria nacional”.
“Tal y como se sugirió (…) las confituras perceptibles a través de la cristalería en la tienda de productos en MLC situada en las calles Los Maceo esquina Prado, sobre todo, las colocadas en esta última arteria, fueron acomodadas en la fuente o pasillo, en un lugar menos visible al exterior de la unidad”, dijo al medio de prensa estatal Ladimir Velázquez González, gerente general de la Sucursal Cimex Guantánamo. En el texto explicativo, el régimen reconoce incluso que “es cierto que llamaban mucho la atención de los niños”.
“Esta nota en el periódico de Guantánamo me recuerda las llamadas ‘casas del oro y la plata’ de los años 80 en Cuba, en las que mi familia nunca pudo comprar porque ni plata ni oro teníamos, pero en la escuela escuchaba a varias amigas alardear de chocolates y ropa de marca adquiridos en esos locales… Los niños… los niños viven y guardan todo eso con especial dolor”, dijo la periodista cubana Yoani Sánchez en redes sociales.
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