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Nicolás no puede trabajar por atender a su madre, el gobierno local le niega asistencia social

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MADRID, España.- Nicolás Suárez Hernández, un cubano residente en Baracoa, Guantánamo, no puede trabajar porque tiene que atender a su madre enferma. Nicolás denunció a CubaNet que el gobierno local le niega asistencia social, por lo que él no puede reincorporarse al trabajo. Ahora ambos viven con la jubilación de su madre, de 1 800 pesos cubanos.

“Mi madre gana 1 800 pesos de jubilación. Ella trabajó para el Estado 20 y pico de años; en la fábrica de chocolate, después en la fábrica de aceite y se jubiló en medicamentos”, explica Suárez Hernández; quien además señala que con esa jubilación no pueden vivir dos personas.

“Mi situación es crítica, es dolorosa. Yo hoy no tengo dinero para comprar nada. Los precios de los productos de primera necesidad en este país son desorbitantes. Una libra de carne de cerdo vale 300 pesos, una libra de frijoles 250 pesos”, lamenta; y critica “ese ordenamiento que hizo este Gobierno”.

Nicolás Suárez Hernández se hizo técnico en construcción en 1979 y comenzó a trabajar en ese sector. Trabajó en mantenimiento constructivo en Baracoa. En 1981 se fue para Moa a trabajar al combinado mecánico de níquel, y luego en el complejo 10, que tenía detrás a la Planta de Níquel Pedro Soto Alba.

“A mí me salieron úlceras por la contaminación de la Pedro Soto Alba”, denuncia el baracoense.

Posteriormente se mudó a La Habana, donde estuvo varios años trabajando para la empresa de edificios altos.

“Cuando me dijeron que Moa había abierto una universidad para ingenieros regresé a Moa. Empecé a estudiar en 1986 y me gradué de ingeniero en el año1992. Estuve seis años trabajando y estudiando”, relata.

“En Moa estuve trabajando unos 16 años. La ministra de la industria básica, Yadira García, tuvo problemas graves y el proyecto con la empresa canadiense Sherritt se paró. La Sherritt pensaba recuperar el dinero de la inversión con el dinero del níquel. Cuando el proyecto se paró me dejaron en la calle, en noviembre del 2008″, continúa Nicolás.

Asimismo explicó que a los ingenieros les pagaban alrededor de 15 000 dólares, pero el Estado se lo cogía todo.

“A mí me pagaban 400 pesos cubanos y 20 y pico de pesos convertibles, una miseria”, precisó.

En conversaciones con este medio también dio a conocer que su padre estuvo preso en la cárcel de Boniato por escuchar “La voz de los Estados Unidos”.

En la cárcel “vio todas las atrocidades que hizo este Gobierno a los presos políticos que había allí”.

“El comunismo es terrible”, concluye Nicolás Suárez Hernández.

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