MIAMI, Estados Unidos.- Luego de que el régimen nicaragüense de Daniel Ortega convenciera a sus seguidores de que el interferón cubano Alfa 2B era la cura para el coronavirus, y de que el gobierno de ese país destinara hace solo un mes la mitad de un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica para comprar dicho fármaco a la Isla, el Ministerio de Salud de Nicaragua ha dejado de utilizarlo en su protocolo de tratamiento para la COVID-19, informó este sábado Infobae.
De acuerdo al texto, el pasado 8 de abril “desembarcaron en el aeropuerto de Managua 8 mil dosis de Interferón Alfa 2B provenientes de Cuba que se anunciaron como ‘adicionales’ y en los medios oficialistas se presentó como ‘donación’. Diez días más tarde arribó al país un equipo de científicos y médicos cubanos con la intención de producir interferón en un laboratorio local con propósitos de exportación a Latinoamérica”.
“Como parte de la brigada de asesores estamos también presentes la Organización BioCubafarma, que en Cuba está asegurando al plan nacional para atender esta epidemia con 22 medicamentos, uno de ellos es Interferón Alfa 2B recombinante, que ha sido utilizado por las autoridades de salud de China y también se ha colocado en la guía de otros ministerios de Salud”, dijo en ese entonces Marta Ayala, vicedirectora del Centro de Investigación de Biotecnología de Cuba.
Un mes más tarde, en mayo, el régimen de Ortega “logró que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) autorizara el uso de una partida de 11.7 millones de dólares para atender la crisis provocada por la llegada al país de la pandemia”, dijo Infobae.
En base a los fondos adquiridos, el “Programa de Emergencia Prevención y Contención de la COVID-19 en Nicaragua” destinó un poco más de la mitad (5.9 millones de dólares) para comprar 49 715 inyecciones de Interferón Beta 2B, y otros 900 mil dólares se programaron para comprar 40 ventiladores mecánicos universales, sin embargo, no se incluyó en la partida la compra de equipo de protección que el personal de salud está demandando.
Pese a todas estas gestiones, “en el último protocolo del Ministerio de Salud (MINSA) nicaragüense no aparece el interferón en ninguno de los tratamientos”, asegura Infobae en su artículo, en que se refiere además que las autoridades tampoco ofrecieron explicaciones para esa repentina exclusión.
“El MINSA ha ido actualizando lo que ellos llaman su algoritmo de tratamiento. El primer algoritmo que publicó recomienda el Interferón Beta-1B para los casos graves y me llamó la atención que el último algoritmo, que es un poco más complicado porque da muchas medicinas, ya no pone el interferón. Hay como una modificación a sus propias pautas”, aseguró el doctor Jorge Cuadra, neumólogo nicaragüense.
Por su parte, cuando las curvas de contagio y muertes por COVID-19 comenzaron a avanzar prácticamente en vertical, tanto en las estadísticas oficiales como en las no oficiales, el interferón también desapareció de las recetas públicas.
Entretanto, profesionales de la salud nicaragüense se han mostrado escépticos a la hora de usar el interferón cubano para la lucha del coronavirus. Tal es el caso del doctor Carlos Quant, un reconocido infectólogo nicaragüense y uno de los principales críticos de la forma cómo el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo han reaccionado ante la pandemia, por lo que fue despedido la pasada semana del hospital público Roberto Calderón, de Managua, donde trabajaba desde hace más de 20 años, cuestionó el uso del fármaco cubano.
“La mayoría de los médicos hemos sido escépticos con eso del interferón. No sé de dónde sacaron esas conclusiones maravillosas. Yo creo que los intereses son de otra naturaleza, más comerciales, y no médicos. Venir y hacerlo aparecer como que es la panacea o la solución al coronavirus está muy lejos de la realidad”, dijo.
Y agregó: “La OMS lo que dice es que no hay ningún tratamiento eficaz contra el virus y todos los tratamientos que se usan son con fines compasivos. No está comprobada la eficacia del interferón, pero tampoco se sabe que implique riesgo para la salud del individuo. Ningún país ha puesto su énfasis principal solo en este fármaco. Fue una apuesta arriesgada la de Nicaragua”, aseguró.
El pasado mes de abril el hepatólogo Edward Mena, de nacionalidad nicaragüense y muchos años de trabajo con esta sustancia en Estados Unidos, dijo que “el interferón no va a ayudar en nada”, respecto a la idea del Daniel Ortega de utilizarlo para curar el coronavirus.
“Mena es uno de los especialistas médicos más respetados en el campo hepático”, y “su formación profesional la ha desarrollado en California, Estados Unidos”, es director del Pasadena Liver Center, en Los Ángeles, y del California Liver Research Institute.
Mena aseguró en ese entonces a 14yMedio que “el interferón no es la cura para el coronavirus”, ante la propaganda de regímenes autoritarios que aseguran que sí, y que el fármaco cubano ayudó a frenar la pandemia en China y ahora lo hará en Nicaragua.
“No ha habido ningún estudio hasta el día de hoy que diga que el interferón ayuda en este tipo de virus. En esa familia de virus, el COVID-19 es nuevo, pero no es tan nuevo. Ha habido otro tipo de virus similares como el Sars en 2003, Mers en 2011 y el interferón nunca ha podido curar esos tipos de virus”, aseguró.
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