MIAMI, Estados Unidos. — El ingeniero químico David Martínez Espinosa, el abogado Fernando Almeyda y la emprendedora Sayli González, todos miembros del grupo Archipiélago, denunciaron este lunes las presiones recibidas durante las últimas semanas por parte de la Seguridad del Estado a raíz de la convocatoria a la Marcha Cívica por el Cambio.
En declaraciones ofrecidas a CubaNet, los activistas aseguraron haber sentido el rigor del acoso y la persecución de las autoridades. En algunos casos, han sido citados y sometidos a interrogatorios; en otros, han sido separados de sus centros de trabajo.
Las amenazas —señalan— no solo son contra Archipiélago, sino contra todo el que manifieste públicamente su intención de marchar.
“Han hecho amenazas terribles: expulsión laboral, expulsión de universidades, prisión. A todo el mundo le están diciendo que el que vaya a marchar ese día va a ir preso”, comentó David Martínez, quien fue expulsado en octubre de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, donde ejercía como profesor.
Las autoridades tomaron la decisión de separarlo debido a su activismo en redes sociales y a su intención de participar en la manifestación convocada para el 15 de noviembre.
“Es un acoso muy grande que demuestra la inexistencia de derechos básicos en este país. Cualquier persona que nos esté mirando desde fuera de Cuba sabe que no tiene ningún sentido. En ningún país democrático a ningún ciudadano se le acosa y se le amenaza simplemente porque quiere hacer una marcha”, añadió.
El exprofesor insistió en la necesidad de la lucha cívica y pacífica para alcanzar cambios dentro de la Isla.
“No podemos seguir teniendo un discurso dentro de la casa y otro fuera. No podemos seguir de esa forma. Se acabó. Que pase lo que tenga que pasar”.
Una de las tácticas que más ha empleado la policía política contra los organizadores de la Marcha Cívica por el Cambio ha sido la amenaza contra los familiares. Otro de los métodos empleados ha sido el interrogatorio.
“Conmigo trataron de utilizar todos los recursos que usan con los demás”, sostuvo Fernando Almeyda. El abogado, al igual que a la mayoría de los integrantes de Archipiélago, ha sufrido en primera persona la presión psicológica.
“En mi caso, no tengo familia. Me muevo constantemente, además. Por lo que ellos primero tuvieron que calcularme bien. Su intención final es hacer mella en ti”, expresó.
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