CDMX, México.-El rostro por excelencia del cine mexicano estuvo en La Habana. La mujer que exigió, cuando era impensable, ganar lo mismo que sus coprotagonistas masculinos. La actriz que usó pantalones cuando aún no era bien visto y rompió muchos estereotipos de género. ella mostró cuán fuerte y determinada podía ser una mujer. Se trata de María Félix.
“La Doña” pisó Cuba en 1950 en una visita anunciada, por lo que la esperó una multitud de cubanos que tomaron las instalaciones del aeropuerto para verla de cerca. Las crónicas de la época narran un recibiento muy abrumador y también irrespetuoso. Una mano masculina aprovechó el disturbio que causaba la presencia de María para tocarle los glúteos. Lo cual ella rechazó de inmediato y expuso su molestia. Eso no fue todo: otros fans se le tiraban encima para arrancarle un mechón de cabello o un pedazo de tela de su vestido.
Así lo narró Ramón Vasconcelos, en su periódico Alerta: “Se cuentan cosas que nos ridiculizan y deprimen.Con el pretexto de conservar souvenirs suyos, hubo quienes le tiraron del cabello, quienes intentaron arrancarle pedazos del traje, llevarse un adorno a viva fuerza; y lo que es más bochornoso, hacerla objeto de exploraciones groseras…”
María había reservado una habitación en el Hotel Nacional y llegaba con el propósito de descansar, pero su visita no pasaría inadvertida en una sociedad que la veneraba. Incluso hasta las más altas esferas de la política quería codearse con “Maria Bonita”.
Según relata el periodista Ciro Bianchi, el presidente Prío la recibió en audiencia privada y luego preparó un coctel en su honor. También el senador Alfredo Hornedo la invitó a una cena de gala en el club Casino Deportivo. Pero María no acostumbraba hacer algo por apariencia social; y dejó plantado a ambos.
A donde si acudió fue al cabaret Tropicana. Las crónicas de la época la describen deslumbrante, sentada en una mesa preparada para ella.
Allí los presentes empezaron a ovacionarla y a pedirle que subiera al escenario y dijera unas palabras, pero lo que más lograron de “la Doña” fue que se pusiese de pie y los saludara brevemente.
El colofón de su visita fue una conferencia de prensa que dio a los reporteros locales. En ese espacio habló sobre su hijo, su relación con el ícono Agustín Lara y algunos de sus proyectos de trabajo. Aunque ante muchas de las preguntas que no quería contestar, solo dijo: “Eso no interesa” y pasó a la siguiente, con la determinación que la caracterizaba.
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