MIAMI, Estados Unidos. — El 25 de marzo de 1895 José Martí y Máximo Gómez firmaron en República Dominicana el Manifiesto de Montecristi, documento donde se exponen ideas sobre la organización de la llamada Guerra Necesaria (1895-1898).
El manuscrito, considerado como el programa de la Revolución del 95, hacía hincapié en las razones que justificaban y exigían la libertad y el fin del dominio español en la isla.
En uno de sus fragmentos, el Manifiesto señalaba que “la guerra de independencia de Cuba, (…) es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo”.
El documento destacaba, además, la necesidad de una guerra “generosa y breve”. Asimismo, hacía hincapié en que la contienda no era contra el español, sino contra el régimen colonial.
El Manifiesto de Montecristi intenta recoger la comunidad de criterios y los estrechos lazos de las dos generaciones participantes en la guerra del 95, mientras evidenciaba el estrecho vínculo alcanzado entre José Martí y Máximo Gómez.
Los próceres de la independencia declararon en ese momento que el pueblo cubano enfrentaría la contienda con mayor conciencia de la situación que enfrentaba la isla.
“Cuba vuelve a la guerra con un pueblo democrático y culto, conocedor celoso de su derecho y del ajeno; o de cultura mucho mayor, en lo más humilde de él, que las masas llaneras o indias con que, a la voz de los héroes primados de la emancipación, se mudaron de hatos en naciones las silenciosas colonias de América”.
El texto también dejaba claro que la Guerra Necesaria tenía como objetivo convertir a Cuba en un proyecto viable de país que no terminase gobernado por tiranos.
“Desde sus raíces se ha de constituir la patria con formas viables, y de si propias nacidas, de modo que un gobierno sin realidad ni sanción no la conduzca a las parcialidades o a la tiranía”.