LA HABANA, Cuba.- Desde el centro penitenciario de máximo rigor El Pitirre, también conocido como la 15-80, ubicado en la carretera Santa María del Rosario en el municipio capitalino San Miguel del Padrón, el manifestante del 11J Luis Felipe Castillo Ochoa denuncia las disímiles vejaciones y tratos crueles, inhumanos y degradantes perpetrados contra él y otros manifestantes en varios centros de detención de esta capital.
A través de una conversación telefónica Luis Felipe Castillo Ochoa dio a conocer que es natural de Santiago de Cuba, tiene 34 años de edad y era empleado de gastronomía, aunque al momento del arresto trabajaba como mensajero en una pizzería privada en La Habana, donde se encontraba por motivos de trámites migratorios cuando sucedió el estallido popular del 11 de julio de 2021. Indicó además que al ver las protestas en la calle se unió a los manifestantes. Al llegar a la intersección de las calles Águila y Neptuno, en el municipio Habana Vieja, fueron interceptados y agredidos por miembros de las Brigadas de Respuesta Rápida, Avispas Negras, Policía Nacional Revolucionaria y demás órganos represivos.
El joven indicó que inicialmente fue conducido a la unidad de Policía de Cuba y Chacón y posteriormente hacia la 4ª unidad de Policía, ubicada en el municipio Cerro, donde los metieron en un sótano y los recibieron a bofetadas, patadas y puñetazos, para luego encerrarlos en celdas sin darles agua ni comida. Aproximadamente a las 4:00 o 5:00 de la madrugada los trasladaron esposados hacia Ivanov, prisión de jóvenes del municipio Cotorro. De acuerdo con su testimonio, en ese centro penitenciario fueron confinados en un espacio de aproximadamente 8 por 8 metros, donde los militares los obligaron a desnudarse en presencia de varias mujeres empleadas de la instalación.
Continuó relatando Castillo Ochoa que además de desnudarlos los represores azuzaron perros contra ellos para que los mordieran y también los golpearon al llegar y durante su estancia allí. Añadió que en la cárcel de Ivanov lo mantuvieron durante dos semanas recluido en una celda de 2 por 2 metros en la cual caía constantemente una gota de agua. La comida se la daban en un vasito desechable. A las dos semanas lo llevaron para la cárcel Jóvenes de Occidente y posteriormente para la de Valle Grande, donde lo mantuvieron por nueve meses.
Continúa relatando que el juicio en su contra tuvo lugar el 17 de febrero de 2022 en el Tribunal Popular Municipal de Diez de Octubre, con sede en la calle Carmen número 501 entre Juan Delgado y Goicuría, en el reparto Víbora. El resultado fue una sentencia de 2 años de privación de libertad por el presunto delito de desacato, no obstante, enfatizó, directivos de la prisión le comunicaron la existencia de otro expediente en fase preparatoria por los delitos de atentado y desórdenes públicos, por los cuales será juzgado nuevamente al cumplir la presente condena, según aparece consignado en la computadora del penal.
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