MIAMI, Estados Unidos.- El mandatario venezolano Nicolás Maduro ha dicho que está dispuesto a ofrecer la posibilidad de efectuar elecciones generales a finales de 2017, dijeron fuentes familiarizadas con la situación citadas por el diario el Nuevo Herald.
Una fuente que conversó con el Herald dijo bajo condición de anonimato que “el gobierno está ofreciendo ir a unas elecciones generales en diciembre del 2017, y para eso ellos cederían algunos espacios”.
De esa forma, Maduro intentaría frenar los esfuerzos de la oposición, que domina el Parlamento, para removerlo del cargo. La Asamblea Nacional podría sancionar esta semana al inquilino de Miraflores.
Al mismo tiempo, la oposición y el oficialismo llevan a cabo un diálogo promovido por el Vaticano y que maduro utilizará para presentar formalmente la propuesta de elecciones en 2017, aprovechando la oportunidad para desinflar las maniobras para destituirlo, según juzga el diario miamense.
Los espacios que el gobierno chavista permitiría a la oposición servirían para nombrar nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, agregó la fuente del Herald. Otra manifestó que, aparte de liberar a algunos presos políticos, un acuerdo entre los bandos podría dar pie a que cesen los ataques y las restricciones que el Tribunal Supremo de Justicia, perteneciente al chavismo, ha estado imponiendo a la Asamblea Nacional.
Sin embargo, la oposición debería entonces comprometerse a cesar en su agenda para destituir a Maduro, así como abandonar la investigación acerca de la presunta nacionalidad colombiana del gobernante; algo que, de ser comprobado, podría conducir a que su gobierno fuese declarado ilegítimo.
La Asamblea Nacional, a raíz de que el régimen bloqueó la celebración del referendo revocatorio, declaró la pasada semana que el presidente había roto el hilo constitucional y que estaba efectuando un golpe de Estado por etapas.
Una marcha multitudinaria llegaría este jueves hasta el palacio presidencial de Miraflores para presentar una notificación de destitución a Maduro, emitida por la Asamblea Nacional, argumentando que el presidente cometió actos que equivalen al abandono debido a su incumplimiento con la Constitución.
El chavismo tradicionalmente ha impedido que las manifestaciones opositoras lleguen al palacio de gobierno luego del golpe de Estado de 2002, cuando Hugo Chávez fue depuesto por algunos días.
La marcha opositora fue anunciada luego del inicio sorpresivo del proceso de diálogo, que hasta ahora ha logrado establecer una agenda de discusiones. Algunos temen que esto último provoque que algunos dirigentes de la oposición abandonen la idea de la declaratoria contra Maduro.
Las negociaciones comenzaron el domingo y terminaron la madrugada del lunes con un acuerdo para bajar de tono la lucha política en Venezuela. Se instalaron asimismo cuatro mesas de diálogo, para abarcar temas como derechos humanos y economía.
Venezuela atraviesa por un profunda crisis tanto económica como social, con creciente violencia e inflación.
“Nuestro gran temor es que el diálogo solo oxigene al gobierno”, declaró Freddy Guevara, coordinador de Voluntad Popular, uno de los mayores partidos políticos de Venezuela. No todos los opositores ven con agrado la propuesta de diálogo.
En tanto el diputado Elías Jaua, uno de los negociadores chavistas, declaró: “Nosotros insistimos en que el diálogo es fundamental para llegar a un proceso electoral así, nadie va a reconocerle la victoria a nadie, sería la profundización del conflicto que peligrosamente pudiera llegar a etapas superiores de violencia”.
Como mediadores del diálogo estarán un enviado del vaticano y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana). El próximo encuentro será el 11 de noviembre próximo.
Si bien el Vaticano y varios líderes políticos iberoamericanos se han mostrado positivos en cuanto al diálogo, otros observadores opinan lo contrario desde el exterior.
El director ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy, Carlos Sánchez Berzaín, se preocupa porque la agenda de dialogo no incluyó lo que a su juicio constituye el único tema que en realidad debería estar siendo discutido por la oposición, después de que la Asamblea Nacional declaró que Maduro se había convertido en un dictador.
“El único objeto aceptable para el pueblo venezolano y la oposición es discutir cómo se va Maduro. No creo que esté en tela de juicio la discusión de si se va o no se va, porque esa opción ya la jugó Maduro al impedir el referendo revocatorio, con lo cual rompió el sistema democrático”, dijo Sánchez Berzaín.
“Es muy importante para el pueblo venezolano que la oposición fije, a la brevedad posible, que el objeto del diálogo es la salida de Maduro y que lo que se está discutiendo es el cómo”.