MIAMI, Estados Unidos.- Una conspiración orquestada entre La Habana y los sectores del chavismo más cercanos a Fidel y Raúl Castro fue la causa de que Maduro quedara nombrado como heredero político de Chávez.
Un reportaje publicado por el diario miamense El Nuevo Herald cuenta que Hugo Chávez había decidido antes de su fallecimiento apartar al ahora gobernante Nicolás Maduro y a su vicepresidente, Tarek El Aissami, los que le daban ya por muerto y habían estado trabajando a la cabeza de una facción llamada “Frente Francisco de Miranda” para quedarse con el poder.
El Nuevo Herald citó a “fuentes de primera mano” que relataron las luchas internas del chavismo entre esa facción ―adonde también pertenece el canciller Elías Jaua― y otra llamada “4F” que es una “cofradía de militares liderada por oficiales que fundaron con Hugo Chávez el movimiento bolivariano”.
En medio de la conspiración y preocupados por las maniobras preparadas en La Habana, el “4F” preparó un informe sobre la conspiración del frente “Francisco de Miranda” y lo presentó a Hugo Chávez. De acuerdo a una de las fuentes, que solicitó el anonimato, el encargado de entregarlo fue Diosdado Cabello.
Luego de ver el informe, Chávez decidió designar a Tarek El Aissami como candidato a gobernador en Táchira, a Maduro para Carabobo y a Jaua para Miranda. Las candidaturas para gobernaciones en el país sudamericano solían ser repartidas por el exmandatario para castigar a sus funcionarios, pues según fuentes el verdadero poder en Venezuela se ejerce desde el gobierno central.
Sin embargo, el verdadero objetivo de Chávez habría sido El Aissami, porque “demostraba ser demasiado ambicioso y calculador” dijo El Nuevo Herald citando a la fuente anónima.
El Aissami, vicepresidente venezolano, actualmente es investigado por las autoridades de EE.UU. por sospechas que lo implican en el narcotráfico y con la organización palestina Hezbolá en América Latina.
Durante el último año del mandato de Chávez, Diosdado Cabello y otros líderes del “4F” estaban alarmados por las maniobras del “Frente Francisco de Miranda” colocando a los suyos en puestos importantes para asumir el control del chavismo una vez que su fundador muriera, relata Esteban Gerbasi, asesor político que siguió de cerca el periodo mencionado.
Los militares que integraban el “4F” se preocupaban de la incidencia que tenía La Habana sobre sus rivales del “Francisco de Miranda”. Acusaron a los presuntos conspiradores de lanzar campañas de desinformación y de armar informes comprometedores para debilitar a potenciales rivales.
Gerbasi, que brindó informes de inteligencia describiendo la verdadera situación médica de Hugo Chávez, añadió que la facción de Maduro y El Aissami quería “derrocar a los militares. Querían sacar el ‘4F’, y hacerse del poder”.
Uno de sus blancos fue el mayor general Miguel Rodríguez Torres, sobre el cual Fidel y Raúl Castro no tenían control y por lo tanto interfería en sus aspiraciones de seguir dominando el chavismo.
Después de que Chávez tomó la decisión de enviar a El Aissami, Maduro y Jaua a las gobernaciones regionales, Maduro viajó a La Habana para hablar con los hermanos Castro. Luego estos convencieron a Chávez de que el había sido el “4F” quien elaboró “un montaje para desacreditar” a los del “Frente Francisco de Miranda”.
La intervención del régimen cubano influyó al punto de que Maduro no solo no fue enviado a Carabobo, sino que terminó siendo designado el continuador del chavismo. El Aissami, en tanto, terminó como gobernador del estado de Aragua, pero siempre se mantuvo como un cercano colaborador de Maduro, y su designación como vicepresidente de Venezuela ha sido vista como un importante cambio en la estructura de poder.
Un personaje como El Aissami en la vicepresidencia refuerza la creencia de que, de producirse la salida de Maduro antes de 2019 y quedar al cargo su segundo, el chavismo se podría radicalizar.
Entre las designaciones de la pasada semana también se incorporaron al gabinete Elías Jaua y Adán Chávez, hermano de Hugo Chávez, todos del sector del chavismo más cercano al régimen cubano.