LA HABANA, Cuba. – Isis Rodríguez Ameneiro no ha perdido la esperanza de encontrar a su hija. El próximo 30 de mayo se cumplirá un año desde la última vez en que Maydeleisis Rosales Rodríguez, de 16 años, fue vista, en el parque de Campanario y Malecón, en La Habana.
“El caso está en cero”, “es como buscar una aguja en un pajar”, son algunas de las explicaciones de la Policía hasta ahora, dice a CubaNet Rodríguez Ameneiro. “Fueron a mi trabajo a decirme: ‘Ella debe estar bien. La juventud es así, a lo mejor se enamoró y no quiere virar’”.
“Nosotros somos un hogar humilde, trabajador, no nos metemos con nadie. Aquí no hay violencia, no hay malos ejemplos, ¿en qué ellos se basan para decir que mi hija no quiere estar aquí? ¿Qué saben ellos para decir eso?”, se pregunta Rodríguez Ameneiro.
“Supongamos que sea verdad. Yo soy su madre, su tutora legal, y tengo el derecho de saber dónde está mi hija porque es menor de edad”.
Su desesperación y la inacción de la Policía la han llevado a ofrecer 5 000 pesos cubanos a “aquella persona que tenga alguna información valiosa” sobre el paradero de su hija. “Pero nada, nadie me dice dónde está”, lamenta.
La familia también ha concedido entrevistas a medios independientes, ha publicado sobre el caso en redes sociales, ha repartido plegables y pegado carteles. Su denuncia también quedó asentada en la estación de policías de Zanja con el registro 30932, desde el mismo 30 de mayo de 2021.
“Nadie sabe en las circunstancias en las que debe estar mi hija. No sé si le están dando golpes, si está intimidada”, dice Rodríguez Ameneiro, antes de preguntarse qué más puede hacer: “¿Me olvido de mi hija? ¿Me hago la idea de que se murió? ¿Me resigno?”.
Rodríguez Ameneiro está convencida de que si hubiera pasado lo peor ya lo sabría “porque de las malas noticias se saben rápido”. “Supón que ella no quiera regresar. Ella no se manda”, dice, y repasa una y otra vez las causas posibles de la desaparición de su hija, se revictimiza a partir de las suposiciones de la Policía, que no tiene métodos de investigación criminal pero sí métodos de coacción.
“A ella se le dejó tener novio con ciertas libertades, pero con un límite. Se le exigía su carrera y que fuera una niña de casa porque se le dio una buena educación. ¿Que su papá tiene un carácter fuerte…? Pero no la maltrataba ni la azotaba. A ella se le daba mucho cariño aquí y cuando yo no cedía ni su papá tampoco, su hermano intervenía, siempre había alguien que aflojaba y terminábamos dándole permiso para lo que quisiera”.
La mujer usa esa explicación para descartar el comentario de la Policía de que su hija no quiere regresar por ellos. La pobreza en la que viven tampoco es motivo suficiente para que Maydeleisis quiera huir y no verlos nunca más, apunta.
Rodríguez Ameneiro siente que su caso puede ir cayendo en el olvido poco a poco. Hace menos de un mes se presentó en su casa una persona que decía ser de la Contrainteligencia.
“Me asusté porque me preguntó ‘¿Usted es Isis Rodríguez?’ y yo pensé que era por algo malo. Me dijo que ellos estaban haciendo una ‘pequeña investigación’ porque ha pasado mucho tiempo. Me dijo además que era un caso muy complejo porque podía haber personas que conozco implicadas”.
Aun así, la mujer critica la gestión de las autoridades: ¿Qué han hecho para encontrarla?”, cuestiona constantemente. Ellos “no han tenido ningún tipo de conciencia. Me han peloteado, me han mentido. A lo mejor, está perfectamente, pero yo tengo el derecho de saber”, afirma.
“Me llegaron a decir en mi cara que yo estaba como si nada porque siempre andaba muy bien vestida. Nadie sabe lo que siento cada vez que tengo que decir: ‘Dejen eso ahí que es de la niña’. Me enfermé de los nervios. Se me cayó el pelo. Su papá y yo bajamos de peso y tuvimos que sentarnos los dos y decirnos que teníamos que ponernos fuertes. Aquí no hay días de fiesta”.
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