ARTEMISA, Cuba, 13 de junio (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) – Cuando los autos disminuyen la marcha por el mal estado de las vías o para sortear obstáculos colocados intencionalmente en ellas, los “murciélagos” se lanzan sobre los vehículos y roban todo lo que pueden de los maleteros para segundos más tarde desaparecer tan sorpresivamente como llegaron.
No se trata de los animalillos que con agilidad vuelan en las noches emitiendo sus chillidos a modo de radar en busca de una presa fácil, sino de seres humanos que, amparándose en las tinieblas, abordan los automóviles por la parte trasera para abrir las cerraduras de los maleteros con una ganzúa o cortar las amarras que los mantienen entreabiertos cuando el volumen de los bultos impide cerrarlos debidamente.
Cuando Leonardo Hernández aminoró la marcha del Chevrolet de 1953 en que conducía el pasado 1 de junio a cuatro amigos desde el aeropuerto José Martí, dos hombres se abalanzaron sobre el vehículo en la intersección de la calle 164 y la carretera Seis Vías, en Marianao.
“Miren, miren”, dijo una de las pasajeras. “Dos hombres están empujando el carro por detrás”. Pero pronto se percataron de que los individuos se habían montado en el parachoques trasero y estaban tratando de abrir el maletero. Hernández aceleró la marcha y los cacos saltaron sin lograr su objetivo.
Al parecer, las Seis Vías es una de las carreteras predilectas por los “murciélagos”, porque cuando Hernández relató el incidente a uno de sus vecinos, éste le respondió que al capitán de un barco que vive en la localidad le ocurrió lo mismo, aunque en la intersección de esa autopista con la carretera de Guanajay a Mariel.