MIAMI, Estados Unidos. – En la noche de este martes, luego de 11 días en huelga de hambre, fue puesto en libertad bajo fianza Yuselín Ferrera Espinosa, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Ferrera, que se encontraba detenido en la Primera Unidad Policial de Santiago de Cuba, fue trasladado el 24 de abril hacia la prisión Aguadores. Según denunció, en ese centro recibió “tres brutales golpizas” a manos de las autoridades carcelarias.
“Al llegar a la prisión, aún esposado, me golpearon salvajemente y por eso me plantee en huelga de hambre y sed”, declaró a CubaNet el activista, que también es promotor de Cuba Decide.
De inmediato fue confinado a una celda de castigo, la misma donde las autoridades penitenciarias mantuvieron al líder opositor José Daniel Ferrer por más de cinco meses y donde, también, se deterioró en 2012 la salud de otro activista de la UNPACU (Wilman Villar Mendoza, quien murió luego de una extensa huelga de hambre).
“Allí comencé a manifestarme y gritar consignas contra la dictadura. Me torturaron, me amarraron manos y pies pese a que estaba débil por la huelga. Me dieron dos golpizas más, una apenas me llevaron a la celda y otra el día antes de ser liberado”, denunció Ferrera Espinosa.
Asimismo, el opositor denunció que la última y más dura golpiza la sufrió a manos del oficial llamado Higinio (de Orden Interior), quien lo esposó a los barrotes de la celda con una mano casi en el suelo y la otra en el extremo superior de los barrotes.
“Me dieron una fuerte golpiza cuando ya tenía 10 días sin comer ni tomar agua. Ese oficial me abofeteó cuantas veces quiso, y mientras me daba, me amenazaba con introducirme la tonfa por el ano, como le hicieron ―según ellos― a Zapata”, recordó.
Hasta la mañana de este martes, la UNPACU solo tenía información del traslado a prisión del opositor e ignoraba otros detalles. Gisela Espinosa Pelier, la madre de Ferrera Espinosa, había ocultado la gravedad de los hechos bajo amenazas de la Policía política, cuyos oficiales le aseguraron que “la suerte de su hijo podría ser peor” si hacía alguna declaración.
El líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer García, recientemente condenado a cuatro años y medio de prisión domiciliaria tras pasar seis meses en la cárcel, declaró a CubaNet que la liberación bajo fianza de Yuselín Ferrera Espinosa, luego de tantos tratos crueles y degradantes, y de una huelga de hambre y sed, se debe únicamente al temor del régimen a que el joven muriera en prisión.
“No querían que muriese en manos de sus verdugos. No existe la más mínima intención de liberar o mejorar las condiciones y el trato hacia los presos políticos, todo lo contrario: la política de la dictadura es encarcelar y torturar a todo el que resulte demasiado molesto en momentos en los que temen un estallido social por el agravamiento de la crisis que atraviesa el país”, expresó.
Por su parte, al joven activista le fue impuesta una fianza de 1 000 pesos en moneda nacional (alrededor de 120 dólares). Ahora se encuentra pendiente a juicio por el presunto delito de “atentado”.
En abril, la UNPACU denunció más de 40 acciones represivas contra sus miembros, que incluyen actos de repudio, amenazas, citaciones, detenciones y multas arbitrarias, así como el encarcelamiento de Isaín López Luna y Maykel Herrera Bones, con el que la cifra de presos políticos del grupo opositor subió a 38.
Tanto Yuselín e Isaín como Maykel se encuentran pendientes a juicio, acusados del mismo delito (“atentado”). La UNPACU asegura que estas figuras penales son ardides que utiliza el Departamento de la Seguridad del Estado para tratar de enmascarar los motivos políticos de los encarcelamientos.
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