MIAMI, Estados Unidos.- La peor pesadilla para un padre fue lo que tuvo que enfrentar la canadiense Nicole Antinello en Cuba, luego de que su hijo cayera enfermo durante las vacaciones familiares en la isla caribeña y fuera sometido a una cirugía de urgencia, reporta CBC.
El pequeño Cole Antinello, de siete años de edad, tuvo que ser hospitalizado por una supuesta apendicitis que dejó a la familia estancada en Cuba y horrorizada por la pésima calidad de los servicios de salud allí, agrega la publicación.
Nicole Antinello, de Caledonia, Ontario, voló el 14 de julio a Cuba con su hijo, su madre de 76 años y su hija adolescente de 16.
Hacia el final de su viaje, la familia comenzó a experimentar síntomas parecidos a la gripe, dijo la mujer. Pero Cole fue el más afectado, al punto de que fue considerado como demasiado enfermo para volar cuando estaba a punto de despegar para regresar a casa.
“Tenía fiebre y escalofríos, y pensó que iba a vomitar”, dijo Antinello a CBC. La familia fue sacada del avión, y Cole fue llevado a un hospital pediátrico de Holguín.
Allí los médicos diagnosticaron a Cole con apendicitis y lo llevaron a una cirugía para extirparle el apéndice, pero su madre dice que no está segura de que sea el diagnóstico correcto.
Los médicos presinoaron el abdomen del niño para medir su nivel de dolor, y aunque su hijo se quejó, él “simplemente tenía un montón de dolor”, dijo Antinello. Los médicos también realizaron un análisis de sangre, que según ella reveló una irregularidad.
“Los médicos comenzaron a hablar en español, y luego se dieron la vuelta y dijeron que necesitaban remover su apéndice”, recuerda.
Un examen físico para evaluar el dolor y un análisis de sangre pueden ser utilizados para ayudar a diagnosticar la apendicitis. Las pruebas de orina también se pueden hacer, junto con pruebas de imagen como un ultrasonido o tomografía computarizada, sin embargo esas opciones no estaban disponibles en el hospital, describió Antinello.
La mujer canadiense considera que las condiciones en el hospital eran “repugnantes”, con agua corriendo por las paredes, los baños constantemente desbordándose, y una construcción justo al lado de la habitación de su hijo. “Había polvo en todas partes”, dijo. “Parecía una zona de guerra”.
Después de la cirugía, los médicos le dijeron a la familia que el apéndice de Cole no había estallado. Fue dado de alta del hospital, y ahora se está quedando en un hotel cercano. Sin embargo, ha vuelto a enfermar.
Antinello dice que la familia compró un seguro de viaje para emergencias médicas a través de Manulife.
“Ahora, estamos esperando el seguro para garantizar el pago de las facturas del hospital antes de que se nos permita salir del país”, dijo. La hija y la madre de Antinello ya habrían regresado a Canadá, mientras ella y su hijo están esperando volar el viernes por la noche.