LA HABANA, Cuba, 15 agosto (C/R Otero, 173.203.82.38) – En La Habana los accidentes de transeúntes se han convertido en algo muy común, debido a que las aceras están llenas de huecos y rajaduras. A ello se suma la amenaza del desplome de balcones y muros de de edificaciones deterioradas, sobre todo en la temporada de lluvias. Por dichas causas, los transeúntes prefieren caminar por el medio de las calles con el riesgo de ser atropellado por autos o bicicletas.
En los últimos años, los capitalinos han comenzado, por su propia cuenta, a poner pisos de mármol, granito, mosaicos y azulejos, en las aceras, generalmente en las secciones frente a sus casas, provocando múltiples accidentes, especialmente cuando llueve o se moja el piso, por lo resbaladizo de los materiales utilizados.
Por otra parte, la arquitectura de la otrora bella ciudad cada vez es más irreconocible en todos los barrios, ya que debido al déficit de viviendas, los grandes portales y balcones son convertidos en habitaciones, sin el menor respeto por la arquitectura original de las edificaciones.