MIAMI, Estados Unidos.- Las muertes de cubanos en circunstancias nada naturales han sido tan dolorosas como habituales a lo largo de los más de 60 años que el régimen comunista de La Habana lleva en el poder. Muchos han perdido la vida tratando de buscar oportunidades fuera e incluso dentro de Cuba.
Es igual de trágico el ahogamiento de un balsero en el Estrecho de la Florida que intentaba llegar a los Estados Unidos en busca de una mejora económica; que la muerte “accidental” de un joven que pasaba el Servicio Militar Obligatorio y fue enviado a lidiar con un incendio que evidentemente superaba sus escasos entrenamientos como bombero.
En cualquiera de los casos la culpa de los decesos la tiene el Gobierno. A fin de cuentas, cada intento desesperado que realizan los cubanos por sobrevivir tiene como principal motivo la pobreza que patrocinan los mismos que dirigen la isla.
Tal es el caso del joven santiaguero Rasiel Montero, quien murió electrocutado el pasado 29 de julio cuando trataba de robar un cable del tendido eléctrico de alta tensión. El hecho ocurrió en la cooperativa conocida como Pedro Oliva, en el municipio Songo La Maya, Santiago de Cuba. Según fuentes consultadas por CubaNet, el joven “se dedicaba a hacer esto para ganar dinero”.
“Rasiel vivía en La Mina (barriada de Songo La Maya), yo lo conocía bien de la calle y sé que robaba los cables tensores que sujetan los postes de la luz para vendérselos a los colchoneros. En una ocasión le dije que se saliera de eso porque era demasiado peligroso, pero no me hizo caso. Ahora no se puede hacer nada, ya está muerto”, comentó un vecino de Montero que insistió en no revelar su identidad.
Los cables tensores que sostienen las vigas de electricidad son utilizados para hacer los muelles que conforman el núcleo de los colchones hechos en fábricas particulares. En el oriente de Cuba se le conoce a esta estructura como panel. No obstante, el dinero que ofrecen los colchoneros por estos metales es ínfimo, y menos cuando se compara con el altísimo costo para la vida que supone conseguirlos.
Según un cuentapropista de esta rama, entrevistado por nuestra redacción, cada metro de los cables tensores se paga a 35 pesos cubanos, por lo menos en gran parte de Santiago de Cuba. Un poste tiene alrededor de 12 metros de este cableado. Entonces, solo se ganarían 420 pesos aproximadamente por hurtar uno de estos tendidos.
“Es muy doloroso que una vida se pierda por tan poco”, lamentó una conocida de Rasiel. “Su muerte es otra a cargo de los gobernantes de este país, por la miseria en que tienen hundido al pueblo cubano. Si viviéramos con dignidad nadie se arriesgaría a tanto por esa bobería. ¡Que poco valor tiene la vida del cubano!”, recalcó la mujer que prefirió mantenerse en el anonimato.
El joven, de 29 años, murió al instante luego de que su cuerpo hizo contacto con el tendido de 33 KV que, en teoría, debería estar más alejado de zonas urbanas. De acuerdo con testimonios, Montero quiso aprovechar el apagón programado de seis horas en La Maya para tomar el cable, pero el restablecimiento del servicio antes de tiempo lo sorprendió.
“Está carbonizado, eso es porque picó mal. Tiene que picar primero arriba y después abajo”, se alcanza a escuchar a uno de los espectadores en el video. Sus palabras dan a entender que esta práctica es bastante común en esta zona.
Rasiel Montero falleció en horas de la mañana y estuvo tirado en el suelo, bajo el sol, hasta pasada las cuatro de la tarde. Fue hasta ese entonces que la Policía y Medicina Legal llegaron al lugar para hacer el reporte y levantar el cuerpo.
También en julio, el santiaguero Girardo Ortega Atencio fue rescatado de entre los escombros de un derrumbe en el que fue el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE), en desuso hace varios años. El periodista Irán Suárez compartió la noticia en su página de Facebook y aseguró que esta persona, junto a otras dos, que resultaron lesionadas: “se encontraban sustrayendo, de forma ilegal, tiras de acero desde la estructura de una de las naves en el cuarto nivel”, escribió.
Una tira de acero, o cabilla como bien se le conoce en Cuba, de nueve metros, puede costar entre 1000 y 1500 pesos en la provincia, una cantidad de dinero irrelevante ante el actual costo de la vida en el país.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.