Camila Acosta: Conocí de tu trabajo, del canal de YouTube “Datos, no ideas”, a mediados de 2019, en un momento en el que internet en los teléfonos celulares en Cuba todavía no estaba muy extendido, es decir, llevaba menos de un año. Desde el primer momento me pareció muy interesante porque se acerca al trabajo que hacemos los periodistas.
―¿Cómo fue que empezaste con este trabajo en las redes sociales?
Karlito Madrid: Esto fue pura casualidad. Mi intención era explicarle a familiares dentro de Cuba algunos fenómenos de la realidad cubana, especialmente cuando se hizo campaña por el sí al referendo este ―basura― de la Constitución de 2019. Y yo quería explicarles por qué deberían votar que no por teléfono, por Whatsapp; era carísimo, entonces me dije: “Mejor grabo un video, lo subo a YouTube, les mando el enlace, y así ellos pueden verlo las veces que necesiten y es más barato”.
Claro, yo no contaba con que ese video lo iban a ver ellos y otras muchas personas que estaban por YouTube. Al final, los videos que fui subiendo terminaron siendo vistos por un montón de personas. Recuerdo que un día subí uno respondiéndole a (Ricardo) Alarcón y fue el primero que se hizo viral. A partir de ahí comenzó a ser esto un canal, me empezaron a ver más personas.
―¿En qué momento decidiste dedicarte a llevar este canal? Tengo entendido que tienes también otros trabajos.
―Es difícil porque yo practico un deporte que exige mucho rendimiento físico, descanso, disciplina, organización; además tengo una empresa propia y un empleo en otra empresa, más los canales de YouTube, mi vida personal, mi niña. Entonces, es muy complicado.
Comencé haciendo videos, editándolos y subiéndolos. Esto requiere un tiempo que no podía dedicárselo, entonces me di cuenta de que me era más fácil comentar las cosas en directo, fue así que comencé las directas sobre temas específicos. De pasar una semana editando un video de 20 minutos, podía a la semana transmitir tres o cuatro días y abordar más contenido.
Luego me di cuenta de que yo hacía un proceso todas las mañanas que era revisar las noticias en CubaNet, ADN Cuba, CiberCuba, CubitaNow, todos los medios que tocan el tema Cuba, The Epoch Times también, The Objective, y decidí hacer eso mismo en directo con las personas, para compartirles las web que yo veo y mis impresiones sobre las noticias. Lo incorporé y es la segunda directa que hago al día, por las mañanas por una hora más o menos.
Es complicado porque yo no vivo de YouTube. Me he creado yo mismo un compromiso con las personas que me ven, principalmente con las que me ven desde Cuba. Y cuando creas ese compromiso, ya no puedes parar.
―¿Te ven muchas personas desde Cuba?
―Sí. Por Facebook el mayor público que tengo es desde Cuba, tengo más de 61 000 suscriptores en Facebook y el 60% es de Cuba. Y, por YouTube, de los más de 58 000 suscriptores que tengo, el 30% es de Cuba.
―¿Esto lo haces solo o tienes alguna ayuda? Mencionabas que tienes otros trabajos, ¿cuáles son?
―Las directas las hago solo, no tengo ayuda, no tengo un equipo como el de Otaola. Tengo a alguien que me echa una mano pero con otras cosas. Trabajo, además, desde mi casa en Madrid, para una empresa que está en Valencia y que se dedica al sector gráfico industrial; desarrollo proyectos de diseño para esta empresa.
Además de esto, tengo mi propio negocio; yo estudié Nutrición y Dietética en España, tengo estudios también de Nutrición Deportiva y mi negocio es de asesoramiento nutricional y deportivo; también colaboro con algunas líneas de suplementación como “California Suplement”, en donde diseño marcas y productos.
―Ahí está entonces la explicación de todas esas fotos en las que te vemos como modelo también.
―Sí. Yo también compito en culturismo, fui subcampeón en España en el año 2020 de Men’s Muscular, que es una categoría de la Federación Internacional de Culturismo. Eso es mi pasión; yo disfruto el gimnasio, los planes de alimentación y, claro, cuando compites en culturismo, el requisito fundamental es que tengas un cuerpo para competir.
―¿Qué tiempo llevas en España? ¿Por qué decidiste irte de Cuba?
―En España llevo ya casi 15 años. Me di cuenta de que en Cuba no se va a ninguna parte, es como caminar en círculo. Me sentía asfixiado en Cuba. Yo soy una persona que necesita hacer muchas cosas y ver que cada una de esas cosas avanza. Termino agobiándome con tantas cosas, pero las necesito para vivir. Yo acá me dedico a varias cosas, como te expliqué. Esto en Cuba no lo podía hacer.
―¿A qué te dedicabas en Cuba? ¿De qué provincia eres?
―Yo soy de Cienfuegos, de un barrio que se llama Pastorita, que está a la entrada de la ciudad. Fui del primer curso de Profesores Generales Integrales (PGI), que estudió allí en Alta Habana, en la facultad “Salvador Allende”, pero no me gradué porque graduarme, recibir el título, era como una condena a no salir de Cuba. Entonces me dediqué a editar fotos para un estudio fotográfico. Empecé con un estudio fotográfico en Cienfuegos y terminé controlando un montón de estudios fotográficos en la provincia, casi todos tenían que venir a que les editara yo las fotos.
―¿En algún momento diste clases o ejerciste como profesor?
―Sí, claro. Yo impartí clases en escuelas secundarias. Hice el primer año de la carrera pero en segundo año tuve que impartir clases, y seguir en la universidad por encuentros, daba clases de lunes a viernes, y recibía clases los sábados.
―¿Te queda familia en Cuba?
―Sí, toda. Tengo a toda mi familia en Cuba: a mi mamá, mi sobrinita, mis tíos, mi hermano, que sufren, además, las consecuencias de lo que hago.
―¿Qué consecuencias?
―Amenazas, hostigamiento, personas paradas todo el día frente a la casa para vigilarlos, expulsiones de centros de trabajo. Lo que pasa es que yo eso no lo comento nunca por aquí porque no viene al caso.
La parte de mi hermano, su esposa y su niña son los que más hostigamiento han tenido, más aún cuando mi hermano salió el 11 de julio (11J). A mi padrastro lo han expulsado de su centro de trabajo.
―Decías que esto no lo has comentado en tus directas. ¿Por qué?
―Porque no me gusta hacer espectáculos con estas cosas. Para mí, mi familia es un tema muy serio. Yo lo sé porque me lo dicen; ellos no están en contra de lo que yo hago, aunque tampoco hacen una fiesta por eso, y la forma de agradecerles su apoyo es, precisamente, no haciendo un espectáculo con todo lo que la dictadura les hace. Intento ayudarlos de la forma que pueda pero no hago de esto un espectáculo mediático. Ellos tampoco me lo han pedido. Mi hermano ha estado detenido en el DTI (Departamento Técnico de Investigaciones) un montón de veces y jamás me ha dicho que lo denuncie.
―Desde que te fuiste a España, ¿has vuelto a visitar Cuba?
―Hace nueve años que no voy a Cuba. Yo llegué a España con mi pasaporte y visa pero cuando se venció me quedé ilegal y como a los tres años fue que pude tener documentación. Fui entonces a Cuba, luego volví a ir antes de que naciera mi hija y desde entonces no voy.
―¿Cómo se vive el exilio cubano?
―El exilio se lleva mal, tanto cuando te exilian como cuando tú te autoexilias. En mi caso, salí de Cuba voluntariamente y sé que no puedo volver, eso lo tengo claro porque ellos mismos me lo han dicho.
―¿Quiénes te han dicho que no puedes volver?
―Pues yo he recibido mensajes de texto, de números no identificados, diciéndome que si regreso a Cuba iré preso, que no me van a volver a dejar salir, o que pueden atentar contra mi vida. Claro, acá afuera saben que no me pueden tocar.
Ahora, el exilio, sí, se lleva mal porque yo soy cubano y tengo a toda mi familia en Cuba, tengo una sobrina que no conozco, y que me muero por darle un abrazo y un beso, llevo años sin ver a mi mamá, extraño a mi familia, a mi barrio, a la gente, los amigos.
Supongo que los que han sufrido exilio forzado, como es el caso de Omara Ruiz Urquiola y de Anamely Ramos, lo llevan mucho peor.
―¿Tu dirías que una forma de aliviar este dolor que conlleva el exilio sería sumándose a las campañas por la libertad, o el fin de la dictadura?
―Yo entiendo que haya personas que cierren el tema Cuba con llave y tiren la llave, porque Cuba hace daño, duele mucho. Por eso comprendo perfectamente a las personas que se van de Cuba y se olvidan de Cuba.
Ahora, yo encontré en esto que hago mi forma de liberarme. Durante años, yo tuve pesadillas, soñaba con Cuba tres o cuatro veces a la semana, el mismo sueño: que estaba en Cuba y no podía salir. Era estrés postraumático, me lo dijo un psicólogo. Desde que comencé a hablar sobre Cuba me he liberado; tengo todavía una pesadilla una vez al mes o cada dos meses, es decir, ya no son tan recurrentes. He encontrado en esto, en estar mentalmente en Cuba, un alivio para mí, egoístamente, por tener mi conciencia, mi tranquilidad, mi paz, por soltar lo que llevo dentro, lo hago por mí; antes lo hacía por explicarle cosas a mi familia, hoy lo hago por mí.
―¿Regresarías a vivir en una Cuba sin dictadura?
―Eso es difícil, porque cuando llevas ya casi 15 años fuera de Cuba tienes una vida hecha afuera, y volver, regresar a Cuba, sería dejar tu vida y comenzar casi de cero. Eso es difícil, aunque me gustaría. Es una idea que he barajado muchas veces pero es difícil que se materialice.
Eso no quiere decir que no pueda ir a Cuba, ayudar en lo que pueda, mantenerme un tiempo allá colaborando en lo que se pueda, pero manteniendo mi vida, estructurada como está. Eso me encantaría hacerlo, pero quemar las naves e irme a vivir allá cuando cambie el sistema, es muy difícil, no lo veo factible ahora mismo.
―Quisiera explorar ahora tus criterios políticos. ¿En qué lugar del espectro político te ubicas? ¿Izquierda o derecha?
―No me gusta tomarlo así pero, si lo hacemos, yo estoy muy a la derecha, lo más alejado posible de la izquierda.
―¿Por qué no te gusta tomarlo así?
―Porque, ahora mismo, aunque se mantiene la idea de lo que es izquierda o derecha, esto se está desdibujando, y estamos pasando a globalistas o patriotas. Y es que ya dentro de los globalistas no solo está la izquierda, ahí te encuentras big tech (gigantes tecnológicos), por ejemplo, que no son necesariamente de izquierdas.
Pero si tomamos izquierdas y derechas, yo estoy muy a la derecha.
―¿Qué significa ser de derechas?
―Ser de derechas es defender al individuo, las libertades individuales, la propiedad privada, es poner siempre al individuo por encima de cualquier interés colectivo. Yo creo firmemente en la libertad individual, en un Estado pequeño, muy pequeño. No soy anarcocapitalista, pero casi. Pero, por sobre todas las cosas, creo en la libertad individual. Eso me aleja mucho de la izquierda, la izquierda cree en el colectivo.
Yo creo que, si logramos mantener, por sobre todas las cosas, la libertad individual y el respeto a los proyectos de vida de las demás personas, a la propiedad y a la búsqueda de la felicidad, seremos el mundo perfecto. Y eso me ubica muy lejos de la izquierda, la izquierda propone todo lo contrario.
―¿Crees que desde el espectro político cubano sea necesario que desde ahora se vayan definiendo esas posturas?
―Es que siempre debió estar definido, lo que pasa es que los comunistas distorsionaron todo esto pero siempre debió mantenerse definido, porque es vital; el sentido cívico en Cuba pasa por recuperar esto, que la gente entienda cuáles son las libertades individuales, los derechos humanos, qué cosa es la propiedad privada, el derecho a la búsqueda de la felicidad, qué cosa es el respeto a las libertades de los demás, por ahí pasa hasta el civismo.
Entonces, esto atenta contra el comunismo, te aleja de él. Así que es no necesario, sino imprescindible, para recuperar una sociedad sana.
―Tú llevas varios años analizando y exponiendo la realidad cubana. ¿Cómo se ve en España el tema Cuba? ¿Crees que están teniendo la suficiente relevancia las denuncias que se hacen?
―Aquí, en España, tenemos una situación complicada con Cuba, por dos razones: la derecha española es la que nunca quiso que Cuba se separara de España y la izquierda española es la que apoya al Partido Comunista de Cuba. Ninguno de los dos suelen ser nuestros amigos. Unos por rencor, y los otros por amistad con el Partido Comunista de Cuba. Entonces, aquí estamos como en el medio del partido de fútbol, recibiendo patadas de los dos bandos.
Tenemos una derecha española ―que dice que es derecha pero ya hemos visto a Feijó con el ícono del globalismo, de la agenda 2030― resentida porque un grupo de cubanos decidió separarse de la corona cuando éramos provincia de España, y todo esto afectó desde la economía española ―en aquel tiempo― hasta las familias. Y a mí me lo han dicho: “te quejas ahora, pues te aguantas, para qué nos cayeron a machete, para estar llorando ahora y pidiéndonos ayuda, ahora te aguantas”. Y lo entiendo, entiendo ese resentimiento. Para nosotros, el nacimiento de nuestra República fue una victoria, pero para ellos fue una derrota, una catástrofe.
Es muy difícil lidiar con el tema Cuba aquí en España partiendo de la situación actual de Cataluña, que vuelve a revivir el tema del independentismo y el tema Cuba, inconscientemente. Te acercas al PP (Partido Popular), por ejemplo, y te dicen que sí, que van a colaborar, a denunciar lo que pasa en Cuba, pero le meten dinero a Cubana de Aviación, o van a abrir el Museo de Fidel Castro, en Galicia.
Al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) no te puedes acercar porque es amigo del Partido Comunista cubano. En la sociedad española algunos desconocen el tema Cuba totalmente; otros, que son de izquierda, se han tragado toda la propaganda de los comunistas; cuando les hablas de Cuba te dicen “bloqueo, el imperialismo yanqui, qué malos son”. Y de los que son de derecha he recibido ese tipo de respuestas.
Tenemos que seguir trabajando porque, a pesar de que está ese fenómeno, es verdad que hay españoles también que están en contra de la dictadura, que saben lo que ocurre en Cuba y que nos han tendido la mano.
Yo soy afiliado al partido Vox, y no voy a hacer aquí ahora una campaña política, pero cada vez que he necesitado algo de Vox, relacionado con el tema Cuba, para enfrentarnos a la dictadura cubana, ahí han estado incondicionalmente.
―Más allá de las denuncias sobre la dictadura cubana, ¿qué crees que nos va faltando como sociedad civil, como oposición? ¿Crees que desde el 11J la dictadura ha triunfado en su control social o tienes esperanzas?
―Yo creo que la dictadura no ha triunfado, y ellos lo saben, por eso están aumentando el control. Si ellos hubieran triunfado, estuvieran despreocupados por el control, el hecho de que haya más militarización, más asedio, más represión sobre los periodistas, es porque ellos saben que no han triunfado, al contrario, han perdido.
Ahora, ¿qué nos falta? Yo siempre digo lo mismo: nos falta conciencia como individuo. Yo soy de los que piensa ―aunque una vez estuve equivocado en ese sentido, ahora creo estar en lo correcto― que no tenemos que unirnos los cubanos, no lo necesitamos. Creo que lo que necesitamos es conciencia como individuos, hacer un acto de conciencia y decir “yo soy libre, y a partir de hoy me voy a comportar como una persona libre”, con todas las consecuencias que eso conlleva en Cuba.
Si cada uno de los cubanos hace conciencia como individuo y comienza a actuar como persona libre, ese mismo día se cayó la dictadura. Creo que eso es lo que nos falta: esa conciencia como individuo para actuar de forma libre. Eso tiene que salir de la educación, no puede salir ni de la imposición, ni por arte de magia, ni te lo puede mandar nadie de afuera en un paquete ni te lo va a traer el gobierno de los Estados Unidos.
―¿Y crees que en ese sentido las estrategias que han tenido hasta ahora los grupos opositores o el exilio han funcionado?
―¿Qué estrategias?
―Por ejemplo, hay convocatorias para que la gente salga a las calles a protestar.
―Sí, pero ¿estrategias de qué tipo? Porque yo no he visto ninguna. Yo he visto llamar a la gente a la calle pero es que eso no es una estrategia. Estamos volviendo otra vez al mismo punto de unirse para salir a la calle. No, esto no se trata de unidad, sino de conciencia individual. Por eso las estrategias, si es que ha habido alguna, no han funcionado.
Hay estrategias puntuales, por ejemplo, cuando estuvo José Daniel Ferrer detenido en 2019, que comenzamos todos una campaña, que incluso fuimos aquí en España al Congreso de los Diputados; esa estrategia, que tenía como fin la liberación de Ferrer, triunfó. Es decir, estrategias puntuales así, sí han funcionado algunas, pero estrategias para lograr la independencia de Cuba, no va a funcionar ninguna porque es que Cuba eres tú, y soy yo, y no hay ninguna estrategia que funcione para hacerte a ti entender que eres un ciudadano libre, eso se trata de conciencia y de educación.
Los cubanos deben terminar de entender que la libertad de Cuba es la libertad de cada uno de nosotros, porque nosotros somos Cuba. Cuba no es la tierra, no es un edificio, una plaza, no, Cuba es cada uno de nosotros, que nacimos, vivimos y morimos, y transformamos la sociedad y el país.
Si cada uno de nosotros no asume que es libre, y se comienza a comportar como persona libre, Cuba jamás va a ser libre. La libertad no se exporta, no se presta. Tienes que entender esto, como lo hizo Ktivo (Disidente), que hizo un acto de libertad individual, se paró en la calle y se comportó como una persona libre, como lo ha hecho José Daniel Ferrer, Luis Robles, esos son actos de liberación.
Si todos los cubanos asumen que son personas libres, y comienzan a comportarse así, como personas libres, ese día se acaba el comunismo en Cuba, porque el comunismo no puede con las personas libres.
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