LA HABANA, Cuba.- El quinto juego del torneo amistoso de béisbol entre Cuba y Estados Unidos terminó esta tarde con victoria de la novena norteña. El pitcher abridor por la parte cubana fue Miguel Lahera, quien mantuvo congelada la ofensiva visitante durante las cuatro entradas iniciales. Su homólogo norteamericano, Tanner Houck, se reveló como un lanzador transitable; pero la sólida defensa del cuadro estadounidense no cedió ante los bateadores cubanos que conectaron once imparables, dejaron numerosos corredores en circulación, llenaron las bases en dos oportunidades y solo pudieron marcar la primera carrera a la altura del cuarto capítulo.
En este mismo inning el relevista zurdo Tyler Thomas se hizo cargo del montículo por los norteamericanos. Su cuidadosa labor fue recompensada con el empate que llegó en la sexta entrada, gracias a la reacción ofensiva de Dalton Guthrie y TJ Friedl ante el descontrol del relevista antillano Frank Luis Medina, que apenas enfrentó a tres bateadores de la escuadra visitante.
A pesar del bajo rendimiento demostrado en salidas anteriores, Liván Moinelo asumió el pitcheo. Su brillante desempeño solo fue opacado en la octava entrada, cuando un cuadrangular del bateador emergente Keston Hiura puso delante a los huéspedes, quienes encadenaron el marcador 2 por 1 hasta el out 27.
La derrota a manos de un equipo cuyo promedio de edad no rebasa los 23 años, evidencia que la pelota cubana mantiene las deficiencias que han lastrado su quehacer en torneos de altos quilates, como el Premier 12 y la Serie del Caribe. Durante los cinco choques pactados contra una nómina de peloteros muy jóvenes, la experimentada novena cubana dejó más de veinte corredores en circulación para un gris acumulado de 9 carreras obtenidas a cuentagotas.
Una vez más el pitcheo se mostró muy por debajo del nivel exigido según los estándares del béisbol internacional. Los bateadores cubanos han reducido su repertorio ofensivo a los hits sencillos, sin conectar extrabases ni jonrones. Mientras el equipo de Estados Unidos puede aspirar, por su juventud y condiciones, a un futuro promisorio, los titulares cubanos queman todas sus naves en topes amistosos, con actuaciones que no convencen a la afición ni a los expertos. De cara a la próxima Serie Nacional el pitcheo de casa continúa a merced del descontrol, mientras la ofensiva se percibe agotada, sin estrategia ni inventiva. Un panorama que augura una campaña beisbolera para morirse de aburrimiento.