LA HABANA, Cuba. – “Sigo en las mismas o peor”, asegura Ketty Méndez Molina, la madre de una joven autista que reclama a las autoridades cubanas una atención médica adecuada para su hija.
“Me hicieron muchas promesas, eso sí, pero no cumplieron ninguna. El aumento de la chequera le tocó a todo el mundo, no hicieron ninguna salvedad conmigo”, asegura Méndez Molina a CubaNet mientras recuerda las promesas del régimen tras sus denuncias en internet.
La entrevistada apunta que, como no está siendo atendida por ningún médico, con el paso del tiempo la salud de su hija, Jennifer Larrea Méndez, ha empeorado considerablemente.
“Ella tiene un hongo hace más de 15 años que se llama candidiasis albicans intestinal. Esto tiene cura, incluso en un año cualquier persona por muy mal que esté se cura”, señala la mujer.
Pero tras el diagnóstico médico, los especialistas que atendieron a su hija alegaron no tener solución para ese problema de salud y, además, le indicaron que comprara los medicamentos en farmacias de venta en dólares (CUC en ese momento) porque en moneda nacional no existían.
“Me mandaban a la ‘diplofarmacias’ a comprarlos, que era donde único había. Costaban muy caros en ese entonces y yo nunca tuve la posibilidad de comprarlos. Después volví a pedir alternativas. Pregunté si no se podía hacer otra cosa como un ingreso para que le pusieran tratamiento, pero nada, todo fue por gusto hasta el día de hoy”, lamenta Méndez Molina.
Asimismo, enfatiza que no ha recibido ningún tipo de ayuda de la Salud Pública cubana. “Incluso yo les puse una demanda en la Fiscalía y la respuesta de ellos fue todo una burla, una falta de respeto”, se queja.
“Hermanos del exilio han sido los únicos que me han dado la mano”, apunta. “Yo le doy gracias a Dios porque cuando mi hija colapsó hace tres años casi, que fue cuando hice la denuncia, si no hubiera sido por mis hermanos del exilio mi hija estuviera muerta”, recuerda Méndez Molina.
De parte del régimen, asegura, solo recibió “intimidación, amenazas de la Seguridad del Estado, de todo el mundo. En años no me hicieron caso y en un solo día había más de 10 personas aquí en la sala de mi casa”.
Méndez Molina agrega que ella y su familia se sienten “acosados” y que las autoridades se mantienen pendientes de todos sus pasos para luego reprimirlos. “Sigo vigilada, acosada”, señala.
En marzo de 2020 CubaNet presentó el caso de Méndez Molina, sobre quien pesaba una amenaza de desalojo luego de haberse introducido ilegalmente en un apartamento de Alamar, donde reside junto a su hija actualmente. Desde entonces la mujer no ha parado de publicar denuncias sobre la desatención del régimen a su caso.
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