MIAMI, Estados Unidos Como ya había anunciado en su campaña electoral, el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, planea normalizar las relaciones con el Gobierno de Cuba revirtiendo muchas de las sanciones y regulaciones impuestas durante la actual administración, dijeron fuentes familiarizadas con el asunto a Bloomberg.
La estrategia incluye la reducción de las restricciones a los viajes, la inversión y las remesas; medidas que según aseguraron las fuentes, bajo condición de anonimato, “perjudican desproporcionadamente a estadounidenses y cubanos comunes”.
Por su parte, las mismas personas señalaron que otras medidas que sancionan a La Habana por abusos a los derechos humanos seguirán vigentes.
“La perspectiva de una distensión entre Washington y La Habana reaviva los recuerdos del deshielo que Biden ayudó a sostener durante la Administración de Obama, cuando los dos gobiernos restablecieron los lazos diplomáticos rotos después del ascenso de Fidel Castro al poder”, reza el texto.
No obstante, Bloomberg asegura que Biden se encuentra ahora ante un panorama diferente debido a que la economía cubana está sufriendo su peor crisis desde el colapso de la Unión Soviética, sumado a las consecuencias de la COVID-19 y las propias sanciones de EE.UU. Además, para Biden, “funcionarios de inteligencia cubanos han ayudado a apuntalar a Nicolás Maduro en Venezuela, lo que permite a su régimen consolidar su control sobre el poder, desafiando las demandas de elecciones libres y justas”.
“Con una agenda interna abarrotada, no está claro qué tan rápido avanzará Biden en la implementación de su política hacia Cuba. Incluso si algunos cambios ocurren temprano, el confinamiento continuo por el nuevo coronavirus podría retrasar los beneficios de cualquier medida que permita más viajes a la Isla”, dice el texto.
“Tampoco está claro si Biden aumentará el personal en la embajada de EE.UU. en La Habana”, luego de que el Gobierno de Donald Trump redujera las operaciones diplomáticas después del conocido “síndrome de La Habana”, que incluye un trauma cerebral, que afectaron a algunos diplomáticos estadounidenses y sus familias en la capital cubana.
El pasado mes de octubre Biden dijo que EE.UU. necesitaba una nueva política hacia Cuba, aunque su equipo ha condenado los esfuerzos de La Habana para silenciar a los disidentes.
Entretanto, según las fuentes citadas por Bloomberg, “mientras la Administración de Trump conectó la política de Cuba y Venezuela, utilizando las sanciones como una herramienta destinada a estimular el cambio político, el equipo de Biden puede intentar apalancar a cambio de que los cubanos reduzcan su presencia en Venezuela y apoyen una resolución diplomática sobre la crisis allí”.
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