LA HABANA, Cuba. – La ciudadana Paula Lobón publicó en redes sociales la experiencia vivida recientemente al salir de casa de una amiga, donde encontró a un anciano al borde del desmayo. Según refiere en su texto, el hombre de la tercera edad se disponía a buscar su comida en uno de los establecimientos del Sistema de Atención a la Familia (SAF), donde se les brinda algún alimento a los cubanos considerados “casos sociales”, en su mayoría ancianos y personas con discapacidad.
“Había dejado su bolsa en la parada del parque y nos dijo que iba a buscar su comida en el SAF. Mi amiga fue hasta el parque, en ese tiempo su mamá le dio café y se sentó a la sombra, luego lo llevamos a buscar su comida”, contó.
Lobón también explicó que el anciano tenía 88 años y vivía solo, pues su esposa murió de cáncer y su única hija falleció, con 17 años. Diariamente el señor camina más de 20 cuadras, dos veces al día, para buscar almuerzo y comida, que paga con su jubilación de poco más de 1.500 pesos, a razón de 35 pesos cada jornada.
“En la comida vimos arroz y croqueta, si esa es la media, paga al mes 1.050 pesos”, precisa la internauta.
Asimismo, explicó que la empresa encargada del SAF ―presuntamente el Ministerio de Comercio Interior― prohíbe que al anciano se le entreguen las dos cuotas de una sola vez, con lo cual le ahorrarían una penosa caminata, en atención a sus años.
En su publicaicón, la autora incluyó un llamado a que se le preste atención a ese problema, no solo por el anciano en cuestión, sino por otras personas que dependen del SAF y se encuentran en condiciones similares.
“Yo abogo por que alguien con buen corazón revise el tema, no solo para él, porque los que están allí esperando su alimento te sacan las lágrimas. Si para los ancianos que tienen atención es difícil tomar leche todos los días, por mi cabeza pasaron las imágenes de cómo puede vivir y sufrir ese señor”.
Lobón cerró su escrito pidiendo respeto para los ancianos y exhortando a que las leyes vigentes sean revisadas.