LA HABANA, Cuba, 12 de julio (Yaremis Flores, 173.203.82.38) – La dirección de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) denunció La semana pasada el robo de 500 memorias RAM (dispositivo de computadoras) en el Nodo Central, donde se ubica un servidor de internet, según informó una trabajadora del centro docente que pidió el anonimato.
Al menos cuatro guardias de seguridad se encuentran detenidos. “Los ladrones burlaron la vigilancia del lugar en horas de la madrugada y rompieron una ventana que daba acceso al interior del lugar”, dijo la fuente.
Las memorias RAM puede alcanzar un valor de 30 CUC por unidad en el mercado negro.
La UCI ha sido objeto de una oleada de robos, debido al descontrol y brechas de seguridad existentes, según criterio de trabajadores del centro. El decanato prometió reforzar la vigilancia y el acceso está rigurosamente prohibido a quien no sea estudiante o miembro del personal.
No obstante, en un período de tres meses se ha detectado el desvío de al menos 10 computadoras, fundamentalmente en el Docente 6 y otras áreas de la universidad. Hace unos cuatro años hubo un robo que escandalizó el centro. En esa ocasión trabajadores de la UCI recibieron condenas entre seis y 22 años de prisión, por sustraer computadoras, aires acondicionados y lectores de discos compactos
Según el reglamento, los que visitan el centro deben tener una autorización o pase especial. Sin embargo, “están desgastándose en protegerse del personal ajeno, pues en todos los robos están implicados los propios trabajadores, incluso estudiantes”, aseguró la fuente.
“En este curso fueron expulsados tres alumnos por ser culpables de un robo de ordenadores. No fueron encausados penalmente”, añadió la empleada de la UCI, quien aseguró que algunos robos menores quedan solapados con sanciones laborales, como la separación definitiva del centro.
La UCI se fundó en el año 2002, como iniciativa de Fidel Castro, para formar “ciberpolicías” como parte de la llamada Batalla de ideas. Ubicada al oeste de la capital, la universidad se construyó en el mismo lugar donde estaba emplazada la base de radares soviéticos conocida como Base Lourdes, desde donde Moscú espiaba las radiocomunicaciones de EE.UU.