MIAMI, Estados Unidos.- Profundo en el sótano de la sede del Comando Aéreo Estratégico (SAC, por sus siglas en inglés) en la Base de la Fuerza Aérea de Offutt el piloto de primera clase Michael Davis estudiaba las fotos en blanco y negro a través de una lente de aumento un día de octubre de 1962, cuando notó algunos objetos “en forma de cigarro”.
Así describe el Omaha World-Herald el descubrimiento por parte de EE.UU. de la presencia de misiles soviéticos de mediano alcance en la isla caribeña, a 90 millas de las costas estadounidenses y en plena Guerra Fría.
Viendo las fotos tomadas por un avión de reconocimiento, Davis sabía que había algo fuera de lo común. Aunque sólo tenía 24 años, desde hacía tres estudiaba las fotografías que tomaban los U-2 volando sobre Cuba.
“Mayor, eche un vistazo a esto”, dijo Davis a un oficial. “Creo que será mejor que llame al coronel”.
Los “puros” cubanos que detectó Davis eran en realidad los misiles, en la parte trasera de los camiones de transporte. El comandante del SAC, general Thomas Power, miró las fotos. Al día siguiente, el presidente fue informado. Durante las dos semanas siguientes, Estados Unidos y la Unión Soviética se volcaron en lo que se conoció como la crisis de los misiles cubanos.
Davis no pudo compartir su descubrimiento secreto, por supuesto, pero fue nombrado “piloto del mes” de Offutt y recibió un pase de tres días, le dijo a The World-Herald en una entrevista en 2002.
El sábado, Davis recibió reconocimiento adicional cuando fue nombrado al Salón de la Fama del SAC, uno de los cuatro miembros de su segunda clase de inducidos. La ceremonia se llevó a cabo el sábado, Día de las Fuerzas Armadas, en el Comando Aéreo Estratégico y el Museo Aeroespacial cerca de Ashland.
Los inducidos fueron seleccionados por su “impacto significativo en el servicio al SAC o su misión”, según un comunicado de prensa del museo. Los nominados fueron seleccionados además por un comité de seis líderes comunitarios que conocen bien a los militares y la historia de la SAC.