MADRID, España.- El 5 de abril de 1895 murió de tuberculosis el Mayor General del Ejército Libertador, José Guillermo Moncada Veranes, en su campamento de Joturito, en Alto Songo, Santiago de Cuba.
Apodado Guillermón por su valentía y estatura (medía más de 1.90 metros), participó en las tres guerras contra el colonialismo español y fue reconocido por el generalísimo Máximo Gómez como un hombre con “dotes de mando y gran habilidad estratégica”.
Con 27 años se incorporó a la Guerra de los Diez Años, a unos días de iniciada, bajo las órdenes del Mayor General Donato Mármol.
Entre sus momentos más relevantes de esta guerra estuvo el enfrentamiento al jefe guerrillero de las escuadras de Guantánamo, el coronel Miguel Pérez.
Miguel Pérez, descendiente de los aborígenes cubanos, estaba a las órdenes de España y organizó las Escuadras que asesinaron a muchos mambises de Guantánamo y a sus familias.
Máximo Gómez había enviado a Guillermón Moncada a la región con la orden de acabar con su vida.
Al enterarse de la presencia de Moncada en la zona, Miguel Pérez dejó un cartel clavado a un árbol en el que se leía: “A Guillermo Moncada, donde se encuentre. Mambí: No está lejos el día en que pueda, sobre el campo de lucha, bañado por tu sangre, izar la bandera española sobre las trizas de la cubana”.
Moncada encontró el cartel y escribió al dorso: “A Miguel Pérez, donde se hallare. Enemigo: Por dicha mía se aproxima la hora en que mediremos nuestras armas. No me jacto de nada; pero le prometo que mi brazo y mi corazón de cubano tienen fe en la victoria. Y siento que un hermano extraviado me brinde la triste oportunidad de quitarle el filo a mi machete”.
El enfrentamiento ocurriría el 26 de mayo de 1871, donde protagonizaron una de las peleas a machete más famosas de estas guerras, con victoria rotunda para Moncada.
El mambí también estuvo entre quienes se opusieron, junto a Antonio Maceo, a la firma del Pacto del Zanjón.
Posteriormente, participó en la Guerra Chiquita, designado por Calixto García jefe de las fuerzas del centro y del sur de la provincia de Oriente con el grado de Mayor General.
Al comprender que esta nueva lucha estaba perdida, participó en el Acuerdo de Confluentes, mediante el cual los mambises capitularon ante las fuerzas españolas.
Después de embarcar hacia Jamaica, cuando se hallaba en alta mar fue detenido, trasladado a Puerto Rico, y desde ahí enviado a la cárcel en España.
Durante la preparación de la Guerra de 1895 José Martí lo designó jefe de la provincia oriental, y se alzó en Alto Songo el 24 de febrero de ese año.
A menos de dos meses de iniciadas estas luchas, murió víctima de la tuberculosis. Sus restos se encuentran en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. En homenaje a Guillermón Moncada, en esta ciudad el estadio de béisbol lleva su nombre y tiene erigida una estatua en la Avenida de los Libertadores.
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