LA HABANA, Cuba.- Con un jonrón, o por un error. Así se decidiría el juego inicial de la esperada final de la 56 Serie Nacional de béisbol, entre los equipos de Granma y Ciego de Ávila. En el décimo inning, sin presión, con las bases limpias, el artillero mayor de los Alazanes, Alfredo Despaigne, pegó el ansiado cuadrangular que desinfló a la hinchada avileña en las gradas del “José Ramón Cepero”.
La escuadra granmense, que apenas pudo tomar un respiro tras la dura semifinal de siete juegos disputados con Matanzas, se presentó con el mayor brío ante la nómina de Roger Machado, muy descansada luego de haber derrotado cómodamente a Villa Clara. Con el estadio a reventar inició la esparada final; un choque emocionante y prolijo por parte de ambos equipos, con especial reconocimiento al pitcheo de los abridores Yoelkis Cruz (Granma) y Vladimir García (Ciego de Ávila). El marcador no se movió hasta el segundo capítulo, cuando el avileño Osvaldo Vázquez conectó un jonrón y engolosinó a los Tigres, que anotaron dos más para una ventaja de tres carreras por cero.
Preciso y cuidadoso en su faena, Vladimir García solo permitió un hit sin secuelas a los bateadores de Granma, que debieron esperar la octava entrada para descargar su poderosa artillería sobre el relevista Raidel Martínez. Esenciales a la ofensiva fueron, además de Despaigne, Yordan Manduley, Dennis Laza y Carlos Benítez, cuya efectividad empató el encuentro para la novena de Oriente.
Fue un juego digno, aderezado con todo lo que puede esperarse en una final: control por parte de los lanzadores, una defensa sólida en todas sus posiciones y la ofensiva obligada a descifrar el pitcheo para anotar carreras. Se produjeron dos incidentes causados por la tolerancia del arbitraje respecto a la amplitud de la zona de strike. Ambos redundaron en perjuicio de jugadores granmenses: Alfredo Despaigne y Guillermo Avilés, siendo el segundo expulsado por lanzar el casco tras discutir con el umpire.
A pesar de los ánimos momentáneamente caldeados, el choque de apertura por la discusión del título nacional transcurrió con entrega y lucimiento por parte de las dos novenas. La tenacidad con que disputaron el beneficio de “dar primero” es apenas un preludio de lo que vendrá en este play off donde se decidirá el campeón de la pelota cubana.
Con esta victoria 4-3, el equipo dirigido por el veterano Carlos Martí se añade la ventaja de poder organizar mejor su pitcheo. Tras el encomiable desempeño que tuvo hoy Yoelkis Cruz, Ciego de Ávila prácticamente está obligado a quemar las naves; mientras los granmenses tal vez prefieran sacarle un poco de presión al juego de mañana jueves para llegar al tercer encuentro con su abridor estrella: Lázaro Blanco, artífice del categórico triunfo ante Matanzas.