LA HABANA, Cuba, 30 de diciembre, (Leonel Alberto Pérez Belette, 173.203.82.38 ) -Eran las nueve de la noche en punto y a pesar de la amenaza de lluvia, al sonido del tradicional cañonazo de las 9, disparado desde el Morro, y replicado por las campanas de la Catedral de La Habana, comenzó la gala artística dedicada a la Virgen de La Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en la Plaza de La Catedral, el pasado 28 de diciembre. El espectáculo fue transmitido a través de la televisión estatal (única), algo poco común en el caso de eventos de caracter religioso.
Con un cántico de Salve a la Madre Celestial, seguido del Himno Nacional, se inició la velada artística, parte de la etapa final del recorrido de la imagen de la Virgen por el territorio de la Isla, para celebrar el 400 aniversario, en 2012, de su aparición en la Bahía de Nipe. El recorrido de la imagen por el país culminará hoy 30 de diciembre con una misa al aire libre en la Avenida del Puerto.
Las palabras del presbítero de la basílica primada, Yosvany Carbajal, sirvieron de introducción para un breve mensaje de reconciliación dirigido al pueblo por el Cardenal Jaime Ortega.
Subieron al escenario, improvisado en el pórtico de la Catedral, conocidos músicos como Carlos Varela y su banda, X Alfonso, Carlos Alfonso, Ele Valdés y el Coro Nacional Infantil, Liuba María Hevia, El Grupo Compay Segundo, El Coro Nacional, Amaury Pérez y José María Vitier, Miriam Ramos, Bárbara Llanes. Además participaron la Orquesta de Cámara de La Habana, el guitarrista Jorge Luis Chicoy, el bajista Gastón Joya, el baterista Enrique Plá y la violinista Rosa Rabinovich.
Cautivó en especial la interpretación a dúo de del Ave María de Schubert, cantado por Omara Portuondo y Augusto Enríquez, con el maestro Ernán López-Nussa al piano.
Estuvieron presentes religiosos en general, además del Nuncio Apostólico y miembros del Cuerpo Diplomático. También asistieron funcionarios gubernamentales como Homero Acosta, Secretario de la Comisión Ideológica del Consejo de Estado; Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista; Marcelino Medina González, Viceministro Primero del Ministerio de Relaciones Exteriores; Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, además de Alfredo Guevara y otras personalidades vinculadas al régimen.
Aunque el espectáculo fue televisado, el acceso del público en general estuvo limitado por barreras metálicas.