LA HABANA, Cuba, 17 de diciembre de 2013, Dania Virgen García/ www.cubanet.org.- En el asentamiento penal del MININT, en Lawton, en el municipio capitalino Diez de Octubre, donde se encuentra el escritor Ángel Santiesteban-Prast, el reeducador trató de utilizar a los presos comunes en su contra, el pasado 11 de diciembre,.
En los diez meses que lleva el escritor en el asentamiento, nunca ha participado en recuentos físicos, inspecciones ni actividades políticas.
El día mencionado, Santiesteban permaneció en la barraca, cuando los presos fueron llamados al recuento. El reeducador, al no ver al escritor, se incomodó y comenzó a vociferar insultos en su contra.
Luego, por boca de los mismos presos, supo que el reeducador había dicho que lo metería “en una caja”. Los presos supusieron que se refería a un féretro.
Dijo el reeducador, además, que haría un informe a sus superiores por su mala conducta y que Santiesteban no era un preso político.
Los reclusos se dieron cuenta de que el reeducador mentía, debido a que algunos de ellos han visto en la tarjeta del escritor que tiene una raya verde que la cruza de un lado a otro, y encima las letras CR (contrarrevolucionario), y debajo de su foto la palabra “Alerta”.
En la noche del pasado viernes 13, el asentamiento fue visitado por el nuevo jefe del CETEM, el mayor Cobas, quien trató de provocar y cuestionar al escritor.
Desde que entró a prisión, el escritor Santiesteban-Prast jamás ha comido del sancocho penitenciario; se ha alimentado de las provisiones que su familia le ha hecho llegar. No se viste con la ropa de preso, nunca ha aceptado el avituallamiento personal que dan a los presos.
Fue revocado el 9 de abril del presente año, del campamento de trabajo forzoso CETEM, La Lima, situado en el municipio Guanabacoa, a la prisión 1580, con la intención de que no se encontrara presente en la visita de los periodistas internacionales que fueron manipulados por los oficialistas.
Actualmente, el Premio Casa de las Américas de narrativa mantiene la misma negación en el asentamiento.
Santiesteban cree que haya sido una ingenuidad del carcelero o que el nuevo jefe quiera provocarlo, para así causarle una indisciplina penitenciaria, acusarlo de un delito, y enviarlo a una prisión cerrada. Sospecha que los carceleros están siendo manipulados por el departamento represivo 21, de la Seguridad del Estado.
Asegura que cualquiera que sea la intención, se mantendrá con sus principios y su ética, mantenidos en los 10 meses que lleva recluido por una supuesta agresión doméstica que el jurado no pudo probar.
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