MIAMI, Estados Unidos. – Bertha Díaz, campeona en Juegos Panamericanos, Juegos Centroamericanos y la primera cubana en participar en Olimpiadas, murió en la ciudad de Miami, informó su hermana, Casandra Díaz.
“Bertha murió el pasado 20 de noviembre en el Hospital Baptist del suroeste de Miami tras una complicación por su larga enfermedad de artritis (…) “Decidimos no hacerlo oficial hasta decidir qué hacer con su cuerpo. Cumpliendo con su voluntad no habrá funeral, sus restos serán cremados y sus cenizas esparcidas en las aguas de Cayo Hueso (Key West) en el punto más cercano a Cuba”, señaló Díaz.
Con Bertha, tuvimos una estrecha amistad y el honor de escribir varios artículos sobre su brillante carrera, así como el privilegio de entregarle premios por su historial deportivo.
Al momento de fallecer, la exatleta tenía 86 años, y no 83, como se ha publicado hasta el momento. Su nombre completo fue Julia Bertha Díaz Hernández, nacida el primero de octubre de 1936 en el barrio de Lawton, en La Habana. Se le llamó la “Gacela de Cuba”.
El camino hacia la grandeza en el atletismo lo inició a través de la práctica del béisbol de mujeres, asombrando por su rapidez en las bases. Por ello, pasó a entrenar en pruebas de velocidad.
Su primer evento internacional fue en 1955, en los II Juegos Panamericanos de México, donde Cuba ganó 13 medallas y Bertha logró la única de oro estableciendo un récord mundial de 7.5 segundos en 60 metros planos. También sumó una presea de plata en 80 metros con vallas con registro de 11.8.
El tiempo realizado en 60 metros (7.5 segundos) le dio la victoria a Cuba sobre las velocistas estadounidenses Isabella Danieles y Mabel Landry.
Ese mismo año (1955) marcó 11.5 segundos en 80 con vallas, que fue el mejor tiempo alcanzado por una mujer, mejorándolo en 1956 con 11.2 y bajándolo de los 11 segundos en 1963 cuando detuvo los cronómetros en 10.7.
En 1956, Bertha acaparó los cintillos de los 18 diarios de la época que circulaban en la mañana y en la tarde en la capital cubana, al ser seleccionada para asistir a los Juegos Olímpicos de Melbourne, Australia, siendo la primera mujer en competir en dicho torneo.
“Bertha fue la mejor atleta cubana hasta su última competencia’’, declaró Lázaro Ruiz, el legendario buscador de talento de equipos de Grandes Ligas y una de las principales figuras que elevaron el desarrollo del béisbol juvenil en Cuba durante la década del cincuenta. “Tuve la suerte de conocerla en persona y verla correr, fue una sensacional deportista que le dio gloria a su patria’’.
Bertha actuó en 80 con vallas donde terminó con registro de 11.42, pero sin lograr medalla. Cuatro años más tarde, repitió en las Olimpiadas de Roma, Italia, en los mismos juegos donde Enrique Figuerola obtuvo medalla de plata en 100 metros perdiendo con el norteamericano Bob Hayes.
En Roma, Bertha volvió a marcar 11.42 sin poder lograr su sueño de medalla olímpica. Aquí, conoció en persona al legendario boxeador norteamericano, Cassius Clay (Muhammad Ali).
“Fue algo extraordinario participar dos veces en el más grande evento deportivo del mundo. Realicé mi mayor esfuerzo, y aunque era una de las favoritas para lograr la medalla de oro no pude lograr la proeza”, dijo Bertha Díaz en entrevista concedida en 2011.
“No siempre se puede ganar, pero fue una experiencia única competir en dos Juegos Olímpicos”, agrego.
Cuba asistió a los Juegos Panamericanos de Chicago, Estados Unidos, en 1959. Y la brillante atleta repitió el triunfo, en esta ocasión en 80 metros con vallas marcando 11.2 segundos para superar a la brasileña Perla Dos Santos y a la canadiense Marlan Monroe.
Los 11.2 segundos que marcó Bertha en Chicago permanecen como récord en los libros de la historia de los Juegos Panamericanos, pues en 1963 (en Brasil) donde la antillana no participó, ninguna atleta pudo mejorarlo; y a partir de 1967 en Winnipeg, Canadá, esta disciplina pasó de los 80 a los 100 con vallas.
En los únicos Juegos Centroamericanos y del Caribe donde compitió fue en Kingston, Jamaica, en 1962, sumando dos medallas de oro en 80 con vallas y salto largo.
En 1963, Bertha marcó 10.7 segundos en 80 con vallas para igualar la marca mundial que estaba en poder de la polaca Teresa Ciepa y la alemana Gisela Birkemayer, evento realizado en el Parque Martí de la capital cubana.
Por razones ajenas al deporte, no asistió a los Panamericanos de Sao Paulo, Brasil (1963). Luego viajó a los Centroamericanos de San Juan, Puerto Rico (1966), donde la delegación antillana viajó en el barco Cerro Pelado y las propias autoridades cubanas no le permitieron desembarcar, enviándola de regreso a La Habana por temor a que desertara.
En Cuba, Bertha ganó 16 veces el título estableciendo 28 marcas, fue seleccionada en 14 ocasiones la mejor atleta de campo y pista y durante 12 años la figura deportiva en la rama femenina.
Conquistó tres veces el Campeonato Nacional de Atletismo de Estados Unidos en 80 metros con vallas en 1955, 1956 y 1958, derrotando a las mejores corredoras norteamericanas. En su carrera deportiva sumó 258 medallas de oro.
A mediados de la década del sesenta, se radica en Estados Unidos y en Miami trabajó como profesora de Educación Física. Fue honrada en el 2003 en esta misma ciudad durante el primer evento de entrega de premios a deportistas cubanos.
Desde las épocas de Rafael Fortún y Silvio Leonard, hasta llegar a las etapas de Osleidys Menéndez y Dayron Robles, Cuba ha sido cuna de grandes luminarias del atletismo. Pero la historia de este deporte en la isla no se puede escribir sin mencionar a la sensacional velocista habanera que escribió páginas de gloria para su patria.
Bertha Díaz, la “Gacela de Cuba’’, es un símbolo del deporte cubano de todos los tiempos.
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