MIAMI, Estados Unidos.- En una reciente entrevista al Nuevo Herald, el exagente cubano de la CIA Félix Rodríguez detalló el viaje a Cuba de otro agente de inteligencia procedente de la isla, Eugenio Rolando Martínez, uno de los “ladrones” implicados en el escándalo de Watergate.
Martínez fue condenado a prisión en 1972 por el incidente que provocó la renuncia del presidente estadounidense de entonces, Richard Nixon. Su nombre salió a colación cuando en agosto pasado la organización Judicial Watch, en Washington, publicó un documento de la CIA hasta entonces secreto que identificaba a Martínez, alias “Musculito”, como informante de la agencia “sobre la comunidad de exiliados en el área de Miami”.
“Musculito” se habría estado desempeñando como informante durante el mismo período en que ocurrieron los hechos de la oficina del Comité Nacional del Partido Demócrata en el edificio Watergate.
Pero esta referencia, además, reveló también que Martínez visitó posteriormente Cuba y se reunió con altos funcionarios del régimen castrista. Ya había cumplido entonces 15 meses de su condena de 40 años por su papel en Watergate.
El cubano se había rehusado a hacer comentarios sobre si viajó a la isla caribeña o no, hasta que lo confirmó a una televisora de Miami.
Según su compañero Félix Rodríguez, con quien Martínez participó en la brigada 2506 que en 1961 invadió Bahía de Cochinos, “Musculito” no había sido un informante de la CIA sobre la comunidad cubana de Miami, sino que se desempeñaba como tripulante de los barcos que utilizaba la agencia para operaciones de infiltración en Cuba.
Eventualmente Martínez viajó a la isla, pero no como agente de la CIA, que luego de Watergate no quería implicarse con uno de los condenados por aquel escándalo.
“Musculito” entró de manera irregular a Cuba ayudado por el conocido espía castrista Tony de la Guardia, uno de los fusilados en 1989 por el caso Ochoa. De la Guardia recogió a Martínez en una playa de Jamaica en una balsa y lo llevó al yate El Pájaro Azul, de Fidel Castro, que lo llevó entonces a Cuba.
Ya en la isla, fue llevado en un avión a La Habana y hospedado en una casa de la Seguridad del Estado en Santa María del Mar.
Según contó Rodríguez, Martínez a su vez le había confesado que el régimen de La Habana quería convencerlo de convertirse en cabildero a favor del levantamiento del embargo estadounidense a Cuba. Rodríguez niega que a “Musculito” le hayan propuesto actuar como agente para la inteligencia cubana.
Sin embargo, Cuba habría dado un dinero a Martínez que este, a su vuelta a EE.UU., entregó al FBI.
A la postre, la polémica que causó en la comunidad de exiliados en Miami el viaje de Martínez a Cuba resultó ser beneficiosa para Martínez, debido a que un informe elaborado por el FBI sobre la información que proporcionó aquel a su retorno, convenció al presidente Ronald Reagan de otorgarle el perdón por su participación en Watergate.